El guardián de la Cueva de Ardales

Pedro Cantalejo lleva casi 40 años al frente de la investigación de la cavidad con numerosos descubrimientos a sus espaldas

Dirige un equipo para su conservación y difusión patrimonial

Pedro Cantalejo visita, ayer, una de las zonas en las que se está realizando el último de los proyectos de investigación puesto en marcha. / Fotografías: Javier Flores
Javier Flores

24 de febrero 2018 - 02:15

Ardales/Pedro Cantalejo, el director del yacimiento prehistórico de la Cueva de Ardales, acudía ayer como cualquier otro día a su despacho del museo de Ardales, aunque no era una jornada más. La cavidad se había convertido en noticia de alcance internacional tras publicarse en la revista Science una investigación que confirmaba que el arte lo inventaron los neandertales hace unos 65.000 años. Ayer, los medios de comunicación bombardeaban su teléfono y la centralita del museo buscando contar con su opinión, no en vano, es el alma máter de este proyecto de conservación e investigación de esta importante cueva que se remonta casi 40 años en el tiempo.

La sonrisa en su cara deja a la luz que está satisfecho. Muy satisfecho. No es para menos. Mientras atiende a cada periodista que le reclama para una entrevista, aunque resulta complicado atender a todos al mismo tiempo, para desesperación de alguno de ellos que busca poder tenerlo en directo en su programa. Con la ilusión de un niño que acaba de recibir un regalo de Reyes Magos, Cantalejo muestra orgulloso los detalles de la investigación realizada por un conglomerado de científicos internacionales, que tiene como base el catálogo elaborado sobre las pinturas existentes en la cavidad y que fue el origen de todo, ya que despertó el interés de los investigadores internacionales por comprobar si esas pinturas que ahora han sido datadas realmente podrían ser tan antiguas como se sospechaba pero no se había podido comprobar. "Las pinturas sabíamos que estaban allí, pero no sabíamos cuántos años podían tener", explica Cantalejo.

Lo que más me enorgullece es haber diseñado y dirigido su modelo de gestión"

Mientras atiende a este periódico, el sonido del teléfono no se detiene y su equipo no para de atender llamadas para concretar otras entrevistas o personas interesadas en poder visitar la cueva, que tiene un aforo diario máximo de 15 personas. Y es que de las tres cuevas que han integrado el estudio, tan solo la situada en Ardales es visitable.

Una visita en la que pueden apreciarse y conocerse con detalle el fruto de la investigación de casi 40 años que se lleva realizando en la cueva bajo la tutela de este enamorado del patrimonio y la prehistoria, aunque próximamente se parará la investigación cuando finalicen las excavaciones arqueológicas que se está realizando, se publicará todo lo encontrado, y se definirá qué hacer y qué preguntarle a la cueva en los próximos diez años. "La cueva ya nos respondió a lo que le venimos preguntando", explica Cantalejo, que señala que cree que llegó el momento de preguntar nuevas cuestiones que todavía no le fueron contestadas. Pronto otra de esas dudas también podría quedar resuelta, conocer de dónde procedían los habitantes de la misma cuyos restos han sido encontrados en su interior, para lo que se está pendiente del resultado de unas pruebas de ADN que se están realizando a 12 muelas de los mismos.

Tras las explicaciones de despacho, Cantalejo nos invita a visitar la cueva, aprovechando el recorrido entre el museo y la cavidad para reconocer y resaltar la apuesta del Ayuntamiento de Ardales por el patrimonio y su cueva, ya que es el encargado de sufragar los gastos que origina el equipo de dirige Cantalejo, que también tiene bajo su responsabilidad otros elementos históricos como la ciudad de Bobastro o el propio castillo del municipio. Una apuesta que se mantiene en el tiempo, a pesar de ser una localidad de tan solo 2.400 habitantes, lo que hace mucho más destacable esa aportación para investigar y conservar su patrimonio.

Ya en la cueva, su responsable vuelve a encontrarse con estas pinturas que los neardentales dejaron en la misma a base de utilizar óxido de hierro con sus dedos, como mucho después siguió realizando Leonardo. A todo ello, y mientras conversa con los investigadores que en estos momentos están realizando excavaciones arqueológicas, la visita de la jornada de ayer se cruza en su camino y no duda en pararse, comentar la importancia de la investigación realizada y ponerse a explicar personalmente una de las pinturas que se encuentran incluidas dentro del mismo, algo que agradecen los visitantes antes de continuar con la visita junto a su guía. Un recorrido que se realiza solo con la luz de las linternas y que se envuelve con la oscuridad de la cueva. No cambiará en el futuro dicho ambiente, ya que sus responsables piensan mantener la misma tónica que hasta el momento, con un grupo de 15 personas al día, lo que supone que recibirá 4.500 personas al año como máximo. Y es que desde un primero momento se tiene como filosofía que se trata de patrimonio cultural.

Durante este tiempo de investigación se han encontrado numerosas grafías, pintadas y grabadas, entre las que destacan las numerosas figuras de animales (ciervos y ciervas, caballos, cabras monteses, toros, aves, peces e, incluso, serpientes), las escasas figuras femeninas (muy poco representadas en las cuevas europeas) y las famosas, por su rareza, manos negativas aerografiadas (sólo se representaron en una treintena de cuevas paleolíticas).

Una pinturas que los visitantes tienen la oportunidad de conocer de forma tranquila y en datalle, para lo que está el personal que muestra la cueva especialmente formado. Además, durante dos meses al año, los visitantes tienen la oportunidad de interactuar con los investigadores que están trabajando y ver directamente cómo se ejecuta una intervención de investigación en estas condiciones. Cantalejo se mostró muy satisfecho de haber diseñado y dirigido el modelo de gestión de esta cueva, convertida en un potente recurso cultural de la zona. En cuanto a los descubrimientos realizados durante este tiempo, no quiso destacar ninguno en concreto, ya que "son muchos porque se estudian muchos campos: geología, arqueología, arte rupestre, antropología, etc." Eso sí, resaltó la introducción de las nuevas tecnologías en las investigación en este campo, un paso que "nos han permitidoacceder a la prehistoria del siglo XXI". Un avance que posibilitó descubrimientos como el realizado ahora sobre el arte repustre de la cueva.

El pasado tiene así en Pedro Cantalejo un eficaz aliado para conservar su memoria.

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