Una habitación en la costa
El pintor granadino Joaquín Peña-Toro presenta su primer libro gráfico que recoge los dos días que estuvo Sinatra en un hotel malagueño
Un hotel en Torremolinos y una historia escondida en sus cuatro paredes durante mucho tiempo. Puede ser el comienzo de una novela de Agatha Christie o del propio Stephen King; sin embargo, este suceso se quedó en una mera anécdota. El relato transcurre en el hotel Pez Espada del municipio torremolinense. Allí se hospedó el célebre cantante Frank Sinatra durante dos días por el rodaje de su película El Coronel Von Ryan. En esos días, una joven cubana se hizo pasar por su amante para que la fotografiaran y el propio cantante acabó detenido por agresión de sus gorilas al fotógrafo que retrató la escena. Huyó despavorido del país jurando no volver y escupiendo sobre el retrato de Franco. Esta historia llamó tanto la atención del pintor granadino Joaquín Peña-Toro que decidió investigar más hasta el punto de convertirse en su primer libro gráfico; no obstante el pintor aclara que "éste no es un libro ni un monumento a Sinatra. Es la punta de un iceberg para conocer el turismo que llegaba a la Costa del Sol".
Tras una exposición en Málaga con una gran acogida por el público malagueño, el pintor decidió plasmar esas pinturas de la exposición en un libro que se titula Suite Sinatra, editado por Bandaàparte. Se presentará el próximo 28 de agosto a las 20:00 horas en el mismo hotel Pez Espada de Torremolinos por parte del crítico de arte Juan Francisco Rueda, en un acto que contará además con un trabajador del hotel que fue testigo directo del incidente.
Con esta obra se estrena una nueva línea de volúmenes gráficos en la editorial cordobesa. Para Peña-Toro, ésta ha sido "una apuesta muy valiente por parte de Bandaàparte que ha puesto todo su esfuerzo en sacar hacia delante este proyecto".
Aunque la portada tenga la silueta del cantante neoyorquino y se titule la obra con su apellido, son sólo cuatro imágenes las que inciden concretamente en la "divertida" escena. El resto de cuadros reflejan el edificio actual. Muchos al ver la portada y ver su contenido pueden confundirse al no haber una relación visible entre el interior y el exterior. Esa cuestión es la que alimenta al pintor granadino: "El primer punto para enganchar al público es la incógnita". El artista que oculta lo evidente le encanta escuchar cómo su público observa los cuadros y se pregunta qué es, dónde es y el porqué está ahí. "Me encanta preguntar a la gente dónde cree que se ubican mis cuadros, si en Torremolinos o en Nueva York", señala Peña-Toro; y es que, la intención final de este pan recién sacado del horno es la de demostrar, según el artista, que estas pinturas que se desarrollan tanto en el municipio torremolinense como en la Gran Manzana, "son espacios muy distantes en el espacio pero muy similares en nuestra vida contemporánea, tanto que el propio público no es capaz de distinguirlo".
El artista que obvia a las "estrellas" y se fascina por la arquitectura de la cotidianidad, piensa que los edificios de la playa "tienen unas características especiales ya que son más libres que otro tipo de construcciones". Este estilo tiene su propio nombre: "arquitectura del relax", un término que acuñó Juan Antonio Ramírez. Se trata de un estilo con peculiaridades propias ligadas a la expansión del turismo de masas a partir de la década de los 50, surgido en la Costa del Sol de una manera espontánea debido a esa inherente necesidad de promocionar el turismo internacional sin ninguna base teórica para hacerlo. Al mismo Peña-Toro lo definen como "el heredero del estilo del relax"; no obstante, él se ve más en la figura de admirador de cómo vieron con lucidez esa oportunidad. Este estilo tan "ecléctico y con una amalgama de intenciones para amueblar el relax" ha atraído al pintor poco a poco desde que lo descubrió. En ningún momento el artista pensó que "fuera algo premeditado y tuviera la intención de buscar la diferencia respecto a los demás artistas del mercado".
Vivir de la pintura es una utopía pero Peña-Toro continúa inmerso en una cantidad de proyectos que parecen no tener fin. Una gira por varios puntos de España con este libro y numerosas exposiciones colectivas por Andalucía hacen que su tiempo se vea abordado por todos estos proyectos; por el contrario, está encantado de poder compaginar la docencia con la práctica artística.
Sinatra aterrizó en España sin saber realmente lo que se iba a encontrar. "De hecho no creo que sus inquietudes en este país fueran más allá de beber un Dry Martini y vigilar a Ava Gardner", afirma el pintor; además confiesa que la visita del cantante neoyorquino no fue para nada algo importante para esa época ni para el hotel ya que contaban con un gran prestigio que ni Sinatra le hacía sombra.
Ya hace cincuenta años de la historia que comenzó en una suite de engaños y errores. Los pecados más capitales se hicieron un hueco en este hotel tan internacional y es que las habitaciones en la Costa del Sol sólo pueden ser para dos.
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