Crear un póster diario durante un año: el reto difícil del diseñador malagueño Antonio Gambero

La mayor dificultad a la hora de hacer el reto es el ritmo de la vida diaria, según el diseñador gráfico

Gracias a este proyecto siente que tiene mucha más capacidad resolutiva y que ha crecido como artista y como persona

'The Malagueñer': una mirada ilustrada de Málaga a lo The New Yorker

Antonio Gambero con uno de sus pósters
Antonio Gambero posa con uno de sus pósters / M.H.

A lo largo de un día pueden cambiar y suceder muchas cosas, tanto buenas como malas. En un año, muchísimas más. Pero, sin embargo, algo se puede alargar en el tiempo. Es el caso del reto del diseñador gráfico malagueño Antonio Gambero: crear un póster diario durante 365 días. "Cuando inicié el reto, me daba respeto y hasta temor y me encanta la frase que dice que si te da miedo es porque vas por el camino correcto", ha indicado a este periódico. Para él, salir de la zona de confort supone que se evolucione y se alcance una mejor versión de uno mismo.

La idea de iniciar este proyecto fue a raíz de terminar su portfolio de trabajo. Después de un mal día, decidió entretenerse en Photoshop y así salió la primera ilustración. En ese momento se dio cuenta de que, cuando estaba agobiado o con "las fuerzas bajas", crear un póster le "daba la vida". Siguió toda la semana creando pósters que se convirtieron en un proyecto que no sabía dónde iba a llegar. Al entregar el portfolio en el máster, su profesor Cecilio Cobos le incentivó a hacer el reto porque vio que tenía potencial.

Para Gambero, la mayor dificultad a la hora de hacer el reto es la vida diaria: "Al final, combinas un trabajo de ocho horas con tu vida personal y muchas veces vas un poco atropellado". Hay días en los que no le sale nada y se sienta en el escritorio con el lienzo en blanco, dejando volar la imaginación. "Eso es principalmente el aliciente que genera esto, hay veces que piensas que no vas a ser capaz y a lo mejor ese día es uno de los días que has creado el mejor póster posible", admite. Esto le genera "mucha resiliencia mental", le hace "fuerte y versátil".

Lo que más disfruta del reto es que le hace feliz: "Los días que puedo tener más estrés de lo normal por estar con mis estudios y con mi trabajo, me calma, es una dosis de dopamina". Le enorgullece y le llena de alegría que sus compañeros de trabajo se interesen por las ilustraciones, por saber cómo las ha hecho con determinados efectos o tipografías, o que algunos usuarios le escriban por Instagram para felicitarle.

Inspiración y planificación

Detrás de cada póster hay muchas horas de trabajo. Las ideas están inspiradas en películas, e incluso en frases de influencers que ve en las redes sociales: "Busco muchísimas ideas y referencias en Behance y en Pinterest, reuniendo recursos tipográficos o de textura". Él defiende que como diseñador es importante estar "constantemente viendo referencias" que pueda utilizar luego, incluso meses después, ya que se aprende de los demás y ser consciente de que el diseño de uno mismo "no es perfecto", sino que se puede mejorar sin frustrarse.

"En Málaga hay una cantera de talento brutal, para mí es la mejor ciudad para inspirarse dentro del sur de España y probablemente de todo el país, porque aquí lo tenemos todo, es la capital del talento artístico", señala. Él se inspira en muchos compañeros del máster de diseño, en profesores y en artistas malagueños. En definitiva, gente que le hace pensar que "siempre hay capacidad de mejora" y que siempre tiene una "chispa que te ponga los pelos de punta". Sin embargo, la música es su mayor aliciente creativo: todas las canciones que añade en las publicaciones están "íntimamente relacionadas" con el póster porque la música le inspira mucho para crear.

Su proceso creativo es "muy aleatorio", ya que puede tener una idea durante muchos meses y, al mismo tiempo, surgir algo de repente y necesitar parar todo lo que esté haciendo en ese momento: "Lo escribo, intento extrapolar la idea con una pequeña base, un boceto en Photoshop, para horas después poder diseñarlo". Gracias a este proyecto siente que tiene mucha más capacidad resolutiva que hace tres meses, fecha en la que lo empezó. "Un póster que me guste puede hacer que mi día pase de ser un día normal a ser uno muy feliz", ha confesado. Además, el joven también escribe poesía y el proceso de extrapolar los poemas a los diseños que hace actualmente ha sido "muy natural".

Una publicación diaria requiere de una planificación que define como "compleja". Tiene ideas escritas en el móvil desde hace meses y las puede usar para hacer un póster mucho tiempo después. En el otro extremo, ocurrírsele algo que le convenza al segundo para crear una ilustración gracias a cualquier estímulo del día a día, como alguna frase o conversaciones con conocidos. Tiene muchas carpetas de tipografía, de inspiración visual, de tipos de texturas o efectos a la hora de aplicar en los pósters. También organiza los diseños por carpetas.

Si cierto día sabe que va a realizar un póster determinado, lo deja planificado con el mensaje que quiere transmitir y lo que quiere expresar. La mayor dificultad son las vacaciones: "Si hay que irse de vacaciones, hay que planificarlo todo también para saber cuál tienes que hacer cada día". Le supone un reto que condiciona tanto su tiempo libre como sus tiempos de vacaciones. Pese a esto, afirma que le permite "crecer mucho" como artista.

Antes de acabar el reto, le gustaría hacer alguna colaboración con algún diseñador que le guste y que le inspira o que le motiva. Lo que sí tiene claro es el último póster: "Tengo la idea totalmente hecha en mi cabeza, tanto lo que voy a poner como el texto que acompaña y la canción". De hecho, el que cierre el proyecto fue de las primeras ideas que se le ocurrieron para el reto.

Motivación, compromiso y amistad gracias al reto

El reto de un póster diario ha sido clave para trabajar en el compromiso y la motivación que supone un trabajo de tal exigencia. Además de crecer a nivel artístico y personal, ha conocido a otros artistas gracias a ello. "Eso es algo que, como yo digo, el dinero no puede comprar, el reto no persigue hacerse rico, sino que evolucione como persona e inspirar a otra gente", ha explicado. Le gustaría que la gente tomase ejemplo de que una sola persona "puede llegar a hacer algo grande".

Ha conocido a muchas personas en mercadillos en los que ha podido vender sus obras: "Málaga no es solo lo que se ve en las redes sociales, Málaga es lo que le rodea, es las calles". Irse al barrio de Lagunillas e inspirarse por todas las obras que hacen los estudiantes de Bellas Artes o visitar cualquier museo. "Málaga no es solo museos, es que el talento está ahí, en las calles, en exposiciones, en asociaciones culturales", ha señalado.

El diseñador gráfico asegura que ha aprendido de Ana Moliz y Cecilio Cobos, sus profesores en La Gauss, dos personas que han marcado su vida artística y también personal. También tiene referentes como Rodrigo Ramos, Design Syndrome, Wave Index, Janine Heinrichs, Daniel Hill o George Kempster. Gambero tiene claros cuáles son sus ejemplos a seguir y la ruta marcada de una trayectoria que construir.

stats