La Oreja de Van Gogh regala una noche inmortal en Starlite Occident

La banda y su público confirmaron que tienen el récord del mundo en quererse

"Vamos a pasarlo muy bien", señaló Leire, la vocalista del grupo

Malú, ‘todo un sí’ en Starlite Occident en un concierto de celebración

La Oreja de Van Gogh en su concierto en Starlite Occident
La Oreja de Van Gogh en su concierto en Starlite Occident / M. H.

La Oreja de Van Gogh es uno de los grupos musicales más icónicos de España. Sus canciones han acompañado a las personas en los más de 25 años que tienen que trayectoria musical. Este verano recorren algunas de las ciudades del país en una gira que hace parada en los festivales de verano. Anoche fue el turno de Marbella y el auditorio de Nagüeles. Starlite Occident recibió con cariño a la banda, que no se hizo mucho de rogar, y rompió el hielo con Cuídate, recibida con aplausos en una cantera llena, que tenía claro desde el primer momento que iba a ser una noche inolvidable, repleta de canciones míticas.

Le siguieron El último vals, que arrancó más de una sonrisa amable, y Desde el puerto. "Muy buenas noches, Starlite, vamos a pasarlo muy bien", saludó Leire, la vocalista de la banda. En este punto, y si ya no queda nada que callar, el público coreaba Diciembre, un tema que, pese al nombre, desentonaba con el calor de la noche marbellí. Una de las canciones que supuso un punto de inflexión fue Inmortal. Su destino era ser una de las más vociferadas y disfrutadas por un público que cantaba alegre.

Con Leire al frente, Pablo Benegas a la guitarra, Xabi San Martín en los teclados, Álvaro Fuentes al bajo y Hariz Garde con la batería, el grupo continuó el recorrido por sus temas más conocidos con El primer día del resto de mi vida, disfrutando con los suyos hasta siempre.Y como el primer día de su vida, gozaron de la música en un espacio único con una gente que no paraba de cantar con ellos. La celebración siguió con Verano, este ya sí, más acorde con las altas temperaturas y, aunque el aire viene y va, no fue suficiente.

"Vamos a cantar una canción que se escribió para no olvidar a todas las víctimas" anunció Leire antes de interpretar Sirenas, un tema que trata sobre el fin de la existencia de la banda terrorista ETA. Al acabar esta, el público aplaudió en pie ante el homenaje del grupo. El repertorio siguió con algunas canciones más clásicas, como Soledad, que volvió a animar al auditorio de Starlite e inevitablemente bailaron al son de la melodía pop.

Pero si una tenía que estar sí o sí en el repertorio era el himno por excelencia de la banda. "En un día de estos en que suelo pensar"... Esa estrofa metió al público en una burbuja y, al llegar el estribillo de Rosas, la magia y la conexión inundaron el auditorio. Un "Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas, con mil rosas para mí" coreado con tanta fuerza que podría haberse derrumbado la cantera si tuviera más aforo.

El concierto continuó con Abrázame, que hizo de puente entre Rosas y otro de los temas más conocidos del grupo. "Un café con sal...", saltos, miradas cómplices y, de nuevo, locura en Starlite Occident con Puedes contar conmigo. Los asistentes pudieron escuchar en directo canciones como Deseos de cosas imposibles o La niña que llora en tus fiestas. Cómo no, no podía faltar Cometas por el cielo, perfecta para una noche en la que se podía ver alguna perseida.

También hubo tiempo para temas más sentidos como La playa, la "canción más bonita del mundo", o Jueves, dedicado a las víctimas y afectados por el atentado del 11M de Madrid. Este tema, intrepretado solo por la voz de Leire y acompañada por el piano, puso la piel de gallina a más de uno. Aún no había acabado de cabtar y el público ya se ponía en pie. Una larga ovación, de alrededor de dos minutos, llenó de aplausos el auditorio en forma de homenaje.

Luego fue el turno de Pop, para levantar el ánimo y recuperarse del viaje emocional. Y el público se abrazaría al diablo sin dudar, así que se entregó con Muñeca de trapo. El colofón de esta fiesta musical no podía ser otra que 20 de enero, un buen momento que por fin se hacía realidad. La mirada de los allí presentes buscando la cara de los integrantes de la banda, inmortalizando aquella noche, confirmando que tienen el récord del mundo en quererse. Una promesa entre la cantera y el grupo: "Y desde entonces te quiero, te adoro y te vuelvo a querer".

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