El maestro Juan Martínez que estaba allí
Juan Martínez existió
Bookstagrammer es aquella persona que conecta a los lectores con la literatura. En otras palabras: un influencer literario. Muchos jóvenes se lanzan a hablar de los libros que leen, hacen reseñas y recomiendan lecturas a los miles de seguidores que acumulan en sus perfiles. Leo Shaddix es un bookstagrammer malagueño que acumula más de 14.000 seguidores. "Nadie de mi alrededor hablaba de libros y cuando me enteré de que en Instagram había una comunidad exclusiva para las personas que amaban la lectura, me lancé", cuenta a este periódico.
Empezó a publicar cuando llegó la pandemia y, según confiesa, le "salvó" porque conectó con muchas personas de todo el mundo: "Hablar de tus libros favoritos y conocer gente con los mismos gustos no tiene precio". Su trabajo es muy variado: promociona nuevos autores, edita imágenes acordes a la temática de las novelas, las reseña, recomienda nuevos descubrimientos –más o menos conocidos– y ha formado una gran comunidad con la que comparte lecturas conjuntas.
Inspirado en cuentas más grandes, Leo encontró su propio estilo a la hora de editar las fotografías. Cuando comenzó tardaba varias horas en hacer el momtaje, ya que se "perdía entre capa y capa" con las ideas que quería plasmar y no lo manejaba tan bien como ahora. La práctica hace al maestro: "He mejorado mucho en estos años y ahora no tardo más de una hora en hacer un edit profesional".
Puede leer más de 100 libros al año: en 2023 fueron 164 y para este se ha propuesto alcanzar los 170. Es decir, una media de 14 novelas al mes. Suele leer de todo, incluso los que aseguraba que jamás haría, pero el terror es lo que más le gusta. También le apasiona el thriller, la fantasía oscura y la ciencia ficción: "Ahora me ha dado por leer mucho true crime".
Crear una comunidad "tan grande y tan fuerte" le costó "una barbaridad", ya que hay muchos perfiles de bookstagrammers y es "imposible que no nazca cierta competitividad". Se muestra agradecido por la lealtad de sus seguidores, a quienes llama "chusmi" de forma cariñosa: "Tengo una comunidad algo oscura, ya que muchos somos amantes del terror y lo malvado se va acercando con el tiempo, pero son personas increíbles".
En la actulidad, muchos lectores –sobre todo los jóvenes– se guían por las opiniones y recomendaciones de los bookstagrammers para comprar su próxima lectura. Leo, además de las imágenes editadas y las reseñas, gestiona las redes sociales de los autores que lo necesiten. Edita publicaciones y anuncios promocionales, hace entrevistas para dar a conocer a esos autores y realiza sorteos, actividades, reseñas y cualquier tipo de ayuda o asesoría que se necesite. "Últimamente también hago algunas propuestas editoriales y realizo lecturas profesionales y exhaustivas para obras que saldrán al mercado", indica.
También se encarga de dar voz a escritores nuevos, una iniciativa que surgió por "el mero hecho de apoyarles". Sabe que los inicios no son fáciles y quería aportar su granito de arena. "Los autores noveles siempre estaban discriminados y dados de lado, eran absorbidos por las editoriales y a mí siempre me gustó eso de encontrar obras nuevas de las que nadie hablara", señala. Según el joven, siempre ha "conectado muchísimo mejor con autores así".
El bookstagrammer es un influencer 360, como diría Paquita Salas: se adapta y hace de todo. No puede quejarse de falta de trabajo, pero vivir de ello en la actualidad es muy complicado. "Es duro, porque todo lo tienes que hacer tú, si no te mueves y tu trabajo no llega a buen puerto, se pierde el progreso, pero tengo fe en que dentro de un tiempo podré dedicarme exclusivamente a esto, mi verdadera y única pasión", señala.
Para Leo, estar detrás del proceso de creación de las obras, la literatura y todas las formas que toma una novela desde que es creada hasta que sale al mercado es "un sueño". Lo que más desea es llegar a formar una editorial propia o, al menos, trabajar en una: "Cuando algún día pueda tener esto, yo sabré que todo ha merecido la pena". Su pasión por la literatura traspasa la pantalla e invita a que el mayor número de personas lea, sea el género que sea.
En Málaga, su ciudad natal, ya es conocido: le paran por la calle y le invitan a eventos como profesional. "No me imaginaba que llegaría a tanto, ser una persona conocida por tu trabajo y tu pasión me aporta una sensación tan gloriosa que ojalá dure mucho tiempo", confiesa. De hecho, es un habitual y amigo de la librería Luces: "Son personas que aman lo que hacen y que siempre apuestan por los suyos, es un segundo hogar para mí". Allí ha hecho amigos, ha comprado, ha reído con los libreros y hasta ha hecho presentaciones y conocido a autores "impresionantes".
En cuanto a su opinión sobre el sector en la actualidad, defiende que tiene una visión "enturbiada" del mercado: "Hay una burbuja de saturación bastante importante, las editoriales publican muchos libros al mes, los autopublicados cada día son más y al final nos encontramos con tantísimas novedades que es imposible estar al día", lamenta. Sostiene que la literatura "se está convirtiendo en un fast reading", donde la calidad es inferior y la cantidad es mayor.
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