Del 'no lugar' al hogar de las musas
La transformación arquitectónica del espacio, un as del proyecto
Uno de los técnicos del Centro Pompidou Málaga comentaba en la visita organizada el pasado viernes para los medios de comunicación: "Nos dieron un garaje de 6.000 metros cuadrados y ha habido que convertirlo en esto". Más allá de sus contenidos, el equipamiento tiene uno de sus mayores valores en su arquitectura, creación de Juan Antonio Marín Malavé y Juan Pérez de la Fuente; así como en su museografía, verdadera obra de arte en sí misma como aliado del Centro Pompidou de París en su intención pedagógica, que firma Juan Alberto García de Cubas a través de su proyecto El Taller. El resultado de su intervención es un espacio ágil, flexible, con el aire necesario en cada tramo, que une elementos novedosos como el cemento transparente y tradicionales como la madera, y que en todo caso favorece la interacción directa con cada obra expuesta. También la iluminación se presenta cargada de intenciones y hace de la necesidad virtud: si la colección tiene en su contra el escaso número de obras, la exhibición de cada una refuerza tanto la singularidad de las piezas como sus posibles diálogos y percepciones en común. Todos los aspectos que, en fin, echábamos de menos en el Centro de Colecciones del Museo Ruso, inaugurado hace unos días en Tabacalera, aquí se dan multiplicados.
Más allá de las áreas expositivas, el auditorio es otro protagonista del Centro Pompidou Málaga, con una distribución idónea que garantiza la buena visibilidad de espectáculos y proyecciones desde cualquier butaca. Del 1 al 20 de abril el recinto acogerá un ciclo de videodanza con la proyección de piezas que tendrán como protagonistas a Merce Cunningham, Michael Clark, Lucinda Child, Trisha Brown, Boris Charmatz, Gilles Jobin, Xavier Le Roy, Steven Cohen, Alain Buffard y Herman Diephuis, entre otros.
En cuanto al resto de equipamientos, el Centro Pompidou Málaga tiene pendiente de apertura la cafetería y la tienda. Tal y como publicó este periódico, la mesa de contratación se mostró en su reunión del viernes favorable a contratar a la librería barcelonesa Laie, autora de una de las tres propuestas presentadas, para la gestión de la tienda (así como de la del Museo Ruso). En cuanto a la cafetería, el concurso abierto se declaró desierto al no presentarse ofertas, por lo que la mesa procederá a abrir un proceso negociado después de Semana Santa. No todo está dicho aún, por tanto, para la plenitud del Pompidou.
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