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El narrador Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 1979) recupera de nuevo a Isabel la Católica, tras El tablero de la reina (2023), con El mapa de un mundo nuevo (Ediciones B), en donde el descubrimiento de América también cuenta con un gran protagonismo.
Pregunta.Imagine que un lector, en una librería, le pregunta por qué debería comprar y leer El mapa de un mundo nuevo.
Respuesta.Es un viaje en el tiempo, y va a vivir en una época increíble, siendo testigo del gran cambio de nuestro tiempo, en el que, además, España fue gran protagonista. Y tuvimos la suerte de contar con unos gobernantes, los Reyes Católicos, que fueron los mejores que hemos tenido.
P.¿Tenía planificada esta novela antes de escribir El tablero de la reina, surgió durante su redacción o posteriormente?
R.La idea surgió durante el proceso de documentación de El tablero de la reina. Estaba consultando los mapas del siglo XVI, y hay una frase que aparece con frecuencia: Aquí hay dragones. Con esa frase se me ocurrió que una novela sobre el mundo de los viajes, y de como estos han cambiado la historia, tendría mucho potencial, y sería complementaria a El tablero de la reina, ya que ambas se centrarían en el reinado de Isabel la Católica.
P.¿Qué le llamó especialmente la atención de la Isabel la Católica?
R.Hay muchos aspectos que me apasionan, pero quizás uno que me tiene loco es su capacidad de planificar a largo plazo, y no solo pensar en el día a día, en el ahora y en el medio plazo. Pensando en el largo plazo es como se pueden llevar a cabo las grandes transformaciones que necesita todo país. La Reina Isabel tenía las ideas muy claras y era capaz de planificar a años vista. Y así lo hizo hasta el final de su reinado, para que sus descendientes, sobre todo sus nietos, dominaran el mundo.
P.¿El descubrimiento de América es para la reina Isabel un objetivo, una carambola del destino o una oportunidad?
R.Lo importante de aquella época es llegar a Asia, a China, a Japón, abrir esa ruta comercial hacia la seda y las especias, y el oro. Es lo que buscaban todos. Encontrar a América en medio supone una oportunidad de evangelizar nuevas tierras, pero también supone un problema. En un principio no tienen constancia de la gran importancia del descubrimiento de América.
P.¿El mapa, más allá de estar presente en el título, juega un papel determinante en la novela, casi como de luz en la oscuridad?
R.Estamos en una época en la que no buscamos el tesoro en el mapa, ya que el propio mapa es el tesoro. Qué podía ser más valioso en esta época que un mapa, cuando todo barco que llegaba a puerto obligaba a cambiarlos y actualizarlos. Hay grandes sistemas de espionaje que se ocupaban de buscar los nuevos mapas de los otros reinos. De hecho, los capitanes, antes de perder a sus barcos, destruían los mapas que llevaban a bordo. Están muy presentes los mapas y la cartografía porque nunca han sido tan importantes como en ese momento.
La Reina Isabel tenía las ideas muy claras y era capaz de planificar a años vista. Así es como se cambian las cosas"
P.La figura de Colón tiene un gran protagonismo, pero también otros muchos navegantes de la época.
R.Por supuesto, porque en España había grandes navegantes como los Hermanos Pinzón o Juan de la Cosa. La novela es un homenaje a todos esos aventureros que atravesaban el mundo sin saber lo que se podrían encontrar. Hicieron lo que nadie había hecho. También reflejo la parte portuguesa, porque los portugueses nos hicieron reaccionar. Los navegantes de ambos países son auténticos héroes.
P.¿Se equivoca quien encuadra su novela en el género de las aventuras?¿Prefiere la catalogación de novela histórica?
R.La Historia es una aventura, y por tanto la mía es una novela de aventuras, pero también es una novela de intriga. Me interesa mezclar géneros, con el objetivo de llegar al mayor número posible de lectores. Intento hacer atractiva la Historia para aquellos lectores que no están acostumbrados a leer los tratados o ensayos históricos, como pueden ser la gente joven. Conocer la Historia es muy importante para comprender el presente, entender el futuro y saber por qué somos como somos.
P.¿Cómo maneja el equilibrio entre el rigor histórico y la ficción?
R.Hay que mantener un punto de equilibrio, por supuesto. Una novela de este tipo tiene que tener un contexto histórico, un proceso de documentación y, sobre todo, captar el espíritu de la época y tener la capacidad de transmitírselo a los lectores, para que se imagine que está viviendo a finales del siglo XV y principios del XVI. Eso exige una gran documentación. Pero lo más difícil es manejar toda esa información, interpretarla, y entender ese tiempo. Hay que dominar, además, todas las herramientas de la ficción, para que el lector se sienta enganchado a la trama. Cada personaje y situación que aparecen, deben tener su importancia.
La Historia es una aventura, y por tanto la mía es una novela de aventuras, pero también es una novela de intriga"
P.Andalucía cuenta con un gran protagonismo en la novela, Sevilla, Cádiz…
R.Andalucía tiene un papel esencial en El mapa de un mundo nuevo. Sevilla, Cádiz, Córdoba, Sanlúcar de Barrameda… Nos encontramos en un momento en el que Sevilla se convierte en el gran trampolín de toda la política exterior de España. Y los personajes tienen que moverse por estas ciudades, en una novela en la que se viaja mucho. Recorren todos estos escenarios de Andalucía. El lector andaluz se va a sorprender al ver su tierra tan representada.
P.¿El pasado es más interesante, desde un punto de vista narrativo, que el presente?
R.El pasado te das una ventaja clara frente al presente, y es que lo conoces. Del presente no tenemos toda la información, a veces no sabemos lo que está sucediendo. Podemos interpretar el presente cuando haya pasado un tiempo. El pasado te permite abordarlo desde el presente, pero desde otro punto de vista. En el siglo XV, como ahora, también estaban instalados en la incertidumbre, no sabían qué iba a suceder. Creían conocer los límites de la Tierra y encontraron todo un continente. El siglo XV, como ahora, es un tiempo de cambio tecnológico. No olvidemos la invención de la imprenta, que permitió que los libros fueran accesibles. Esto lo cambió todo.
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