Malú, ‘todo un sí’ en Starlite Occident en un concierto de celebración
La artista conmemora los 25 años de la publicación de ‘Aprendiz’
"La música es de todos nosotros y aquí podemos disfrutar de ella", dijo sobre Starlite Occident en Marbella
Malú se une a la oferta de conciertos del Festival Cueva de Nerja y estará en Málaga este verano: fecha y entradas
Un cuarto de siglo da para mucho. Han pasado 25 años desde el lanzamiento de la canción que catapultó a Malú a la fama. Aprendiz fue el talismán de la cantante y, desde entonces, la madrileña se ha consagrado como una de las voces del pop de España. Para celebrar las más de dos décadas de trayectoria musical, la intérprete se ha sumergido en una gira, A todo sí - 25 años de Aprendiz, en la que recorre varias ciudades de España. El 5 de agosto fue el turno de Marbella. Apareció sobre el escenario de Starlite Occident con puntualidad. Una cuenta atrás indicaba el comienzo y fue recibida con gritos, aplausos y vítores. El tema de apertura, como no podía ser de otro manera, fue Aprendiz, que se hizo paso después de una breve introducción.
El público, embelesado desde la primera nota, arropó a la artista con este himno de su carrera, una versión más flamenca, con giros y quejíos. Le siguió Como una flor, que también fue coreada con fuerza. "Muy buenas noches, Starlite, qué alegría estar aquí (...), la música es de todos nosotros y aquí podemos disfrutar de ella, quiero daros las gracias por estar aquí y acompañarnos en este viaje, para mí este show es un viaje por toda mi vida, espero de corazón que disfrutéis", saludó. Duele y Sin ti todo anda mal hicieron encoger el corazón de los asistentes, que aprovecharon para sacar su despecho y desahogarse junto a una de las cantantes más icónicas del panorama del pop español.
Pero no todo iba a tener una carga sentimental elevada. Toda se hizo paso para poner al público en pie y hacerle los coros a una Malú dispuesta a darlo todo en la cantera marbellí. Diles volvió a dar un giro en la intensidad del auditorio. Algunos cantaban la letra como si la historia de amor la sintieran propia. Seguramente fuera así. Como confirmación de la versatilidad de la intérprete, Enamorada hizo bailar a más de una persona que aún permanecía sentada. Con ritmos cubanos, saxofones, trompetas y algún giro flamenco, la música invitó no solo a cantar, sino a mover la cadera y menearse con miradas de complicidad entre familiares, amigos y parejas. La artista tocó la caja flamenca y disfrutó del instrumental.
Malú, que lucía el vestido rosa palo de lentejuelas, entonó el primer medley de la noche, un conjunto de temas reconocidos de su carrera que, encadenados, sirvieron para el disfrute de todos. Los allí presentes cantaron con la cantante Por una vez, Si estoy loca, Te conozco desde siempre y A esto le llamas amor, un repaso por sus clásicos. Pero el estallido vino con una de las canciones más esperadas de la noche: Ahora tú. Brazos al aire y movidos de derecha a izquierda en sintonía. El público vociferó el estribillo a capella, sintiendo cada palabra.
Ni un segundo y Vuelvo a verte fueron perfectas para dejarse llevar con las letras y seguir alzando los brazos al cielo, como si quisieran acariciar las estrellas en una noche mágica. Otro de los más coreados fue Blanco y negro, uno de los sencillos más conocidos de Malú, pero también de la historia del pop español. Miradas cómplices y caras de sorpresa al tocar la primera nota y reconocer de qué canción se trataba. El público, de todas las generaciones, no dudó en acompañar a la artista y dejarse la voz con ella.
Después de El apagón, otro de los temas más coreados por el público fue A prueba de ti. Después del momento de euforia, Malú volvió con otro medley en el que mezcló más canciones conocidas: Oye, Todos los secretos, Deshazte de mí, Desaparecer y Ángel Caído. La cantante puede presumir de tener un amplio repertorio de temas a lo largo de su carrera. Enlazarlos unos con otros fue todo un sí: así su público podía disfrutar en directo de más canciones, aquellas que, a lo largo de sus vidas, les han acompañado en cualquier momento. Y Malú lo sabe y ofrece a su público lo que quiere escuchar. Están todos de celebración.
También hay espacio para los temas más recientes: Deshielo y Desprevenida fueron igual de bien recibidas que los más clásicos, con un toque pop. Invisible reconectó con el público, que volvió a subir los decibelios y la cantante, inevitablemente, no dejó de sonreír. Quiero siguió con un ritmo más acelerado, preparando el terreno para la recta final. Contradicción puso de nuevo a toda la cantera, que se dejó el aliento hasta la última estrofa, animada por la cantante, que tampoco parecía querer irse del escenario. Con palmadas, aplausos y gritos, arañando cada segundo, memorizando cada fotograma. Algo irrepetible.
Cuando todo parecía terminado, hubo un pequeño instante de asimilar lo rápido que había pasado el tiempo. Pero aún faltaba la traca final. La madrileña interpretó Ausente, canción compuesta por Pablo Alborán, y que todos cantaron al unísono con sentimiento, como si se les escapase el alma por la boca. Y aún quedaba lo último. El último popurrí cantó varios de sus sencillos más conocidos y que, como no podía ser de otra forma, debían estar presentes y no en el olvido.
Los combinó con otros que ya había interpretado a lo largo del espectáculo: Contradicción, Invisible, A prueba de ti, Blanco y negro, Vuelvo a verte, Ahora tú, Que nadie, No voy a cambiar, No me extraña nada, Devuélveme la vida, Toda, Aprendiz y Como una flor. Dos horas de espectáculo, una noche para celebrar, un concierto único y, sobre todo, la confirmación de que Malú es una leyenda en la música española. A todo, sí.
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