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Un estudio del profesor de la Universidad de Sevilla Miguel Ángel de la Cova sobre las maquetas supervisadas por Le Corbusier, uno de los arquitectos más influyentes de la edad contemporánea, las considera como "parte de la producción de un artista plástico". Objects: proyecto y maqueta en la obra de Le Corbusier es el título del trabajo que analiza las maquetas de Le Corbusier "no sólo como herramientas de un arquitecto sino también como parte de la producción de un artista gráfico", y que ha ganado, en su cuarta edición, el premio a la mejor tesis doctoral en Arquitectura y Ciencias de la Construcción, otorgado en Sevilla y dotado con 1.500 euros y la publicación de la obra.
De la Cova considera a Le Corbusier como "una figura clave para entender la arquitectura contemporánea", pese a lo cual cree que "las numerosas maquetas que supervisó durante su trayectoria han sido poco estudiadas en su conjunto". El autor emplea el término supervisar para referirse a las maquetas que Le Corbusier asumió como propias porque "como casi todo el material del taller de un arquitecto no lo fabrica una sola persona, son trabajos colectivos en los que intervienen distintas manos y oficios; y eso no supone que la autoría entre en duda sino todo lo contrario".
Durante medio año, De la Cova ha revisado unas 200 maquetas de Le Corbusier -la mayoría en fotografías- de las que ha visto materialmente una treintena -buen número de ellas no se conserva-, casi todas en la Fundación Le Corbusier de París, pero también en Lyon, Boston y hasta en el Centro de Arte Georges Pompidou. Entre las estudiadas las hay fabricadas con yeso, cartón, madera, papel de periódico, alambre y hasta cuerdas de piano. "Aunque la maqueta se haya considerado un objeto banal, casi un juguete destinado a la mera representación a escala, no es sólo eso. Es también un objeto cuya construcción supone una potencia artística importante como antesala del interés artístico del arquitecto", explica el profesor de la Hispalense.
En el caso de Le Corbusier, "el ejercicio que lleva a la maqueta acaba revirtiendo en su arquitectura final", según De la Cova, que recuerda los conocimientos de arte y de escultura del genial arquitecto y su insistencia "en la síntesis de las artes". De la Cova destaca el carácter casi religioso de algunas maquetas en la antigüedad y cómo a lo largo de la historia han sido "objetos que poseen magia".
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