María José Coronado: “Todos somos poetas: buscamos metáforas cuando nos faltan las palabras”
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La escritora y compositora presenta este viernes en la librería Proteo su libro de poemas Diente de leche (Pie de Página), una mirada a la maternidad y la infancia llena de intenciones y con autores invitados
De la oscuridad a la luz

Málaga/María José Coronado Luque es madre de Nicolás, un chico de trece años. Ambos comparten desde la primera infancia del pequeño una reveladora tradición familiar: cada mañana, María José deja en el tupper que Nicolás lleva al colegio una nota con unos versos. La costumbre ha servido puntualmente a algunos compañeros de clase de Nicolás como motivo de burla, lo que ha animado a María José Coronado a emprender la constitución de una liga de madres por la poesía para que llenen de versos los tuppers de sus hijos sin que así nadie tenga que avergonzarse. Esta aventura ilustra con eficacia lo que el lector puede encontrar en el nuevo libro de poemas de María José Coronado Luque (Benalmádena, 1965), Diente de leche, que publica la editorial Pie de Página dentro de su colección Maresía y que su autora presenta este viernes 21 de marzo a las 19:00 en el Tercer Piso de la Librería Proteo junto a Héctor Márquez.
Conocida popularmente como María Rayo, María José Coronado es un referente decisivo de la escena musical malagueña como cantante y compositora de Caradefuego, la banda que, merced a su proverbial mestizaje y sus himnos pegadizos, ganó una notable legión de seguidores dentro y fuera de España. Hace trece años, el nacimiento de su hijo Nicolás le hizo adoptar un cambio de perspectiva, aparcar la música y abrazar con más determinación la que había sido su otra gran pasión desde siempre: la escritura poética. “En realidad, decidí dejar los escenarios, pero no la composición. De hecho, más o menos por esa época recibí el encargo de escribir las letras para el nuevo proyecto musical de un artista muy relevante. El proyecto no salió adelante al final, pero yo seguí escribiendo durante muchos años, ya sin pensar en la música”, explica Coronado. Pasado un tiempo “empecé a organizar el material que había escrito y vi que muchos poemas recreaban los momentos en los que paseaba con Nicolás, recién nacido, por Benalmádena, en cómo fluía el tiempo entonces y en cómo he conservado esos recuerdos”.
Respecto a su etapa musical, “me volví mucho más disciplinada, sobre todo a la hora de investigar sobre la maternidad”. Y también puso Coronado toda la carne en el asador poético hasta darle a sus versos la mayor altura: “Uno de los primeros lectores de mis primeros poemas fue el poeta Camilo de Ory, que también es músico. Los leyó y me dijo un consejo muy importante para mí: ‘Me gustan mucho, pero escribes como un músico’. Me recomendó que me cargara las rimas y que llevara mi poesía a un tono más actual, menos formal y más, precisamente, poético. Y así lo hice”.
"Cuando fui madre recordé un montón de cosas que ya sabía pero que por algún motivo había dado por olvidadas"
En Diente de leche, María José Coronado aborda distintas cuestiones relacionadas con la maternidad, “incluidos algunos menos luminosos, como la soledad que comparten muchas madres. Pero yo quería escribir, especialmente, sobre el aprendizaje que entraña la maternidad. Cuando fui madre recordé un montón de cosas que ya sabía pero que por algún motivo había dado por olvidadas”. Para ello, la escritora ha hecho acompañar en su libro cada poema de un comentario a cargo de una amplia nómina de cómplices (de Carmen Loureiro a Isabel Guerrero pasando por el citado Camilo de Ory y la artista Laura Brinkmann, autora además de la imagen de la cubierta) que, a modo de autores invitados, dialogan con los versos de Coronado. Juan Romeu, director de la colección Maresía, firma por su parte el prólogo del volumen.
Pero Diente de leche es también una mirada al mundo de la infancia, que María José Coronado, como educadora además de madre, conoce bien: “Todos los niños son poetas. En ellos, dado que no pueden apropiarse de la realidad de manera directa, el lenguaje metafórico es natural y espontáneo”.Tras hacer esta afirmación, Coronado se detiene un instante, reflexiona y matiza: “En realidad, todos somos poetas. Todos construimos buscamos metáforas cuando nos faltan las palabras”. La revolución poética que ya emprendió María Rayo sigue así, vigente, firme, en la escritura de María José Coronado Luque: quedan, al cabo todos esos tuppers por llenar de versos.
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