Un monumento para 150 malagueños caídos
Historia
Ayer fue inaugurado, en el Centro Cívico, la escultura de Rafael Alvarado para los fallecidos en los campos nazis
Un monumento en homenaje a los 150 malagueños que fallecieron en los campos de exterminio nazi de Alemania y Austria fue inaugurado ayer en los jardines del Centro Cívico de la capital ante la mirada de centenares de familiares que asistieron al acto para recordar a sus padres, tíos o abuelos.
La obra del escultor Rafael Alvarado, denominada Sombras de luz, pretende "simbolizar el triunfo de la memoria frente al olvido", según señaló ayer el presidente de la Diputación de Málaga, Salvador Pendón, en el acto inaugural, e incorpora los nombres de todos los fallecidos en 1940 y 1941 -fueron 150- en el exterminio nazi.
De los 7.000 prisioneros españoles -1.100 eran andaluces- que fueron aprisionados en el campo austríaco de Mauthausen y sus recintos derivados sólo sobrevivieron 2.000, ya que la mayoría falleció a causa de las condiciones extremas de trabajo, hambrunas, epidemias y torturas a las que se veían sometidos.
Todo ello provocó que este campo y sus satélites, principalmente Gussen -donde más malagueños murieron-, "haya pasado a la historia como un símbolo de la crueldad humana", apuntó Pendón.
Con la escultura y la posterior ofrenda de rosas que los familiares llevaron a cabo se pretende que el recuerdo de estos malagueños de 45 municipios diferentes, en su mayoría de la capital, Antequera o Vélez-Málaga, "permanezca en el corazón y en los actos" de todos.
Los familiares, muy emocionados, coincidieron en reconocer la importancia del momento y la necesidad de un monumento como este para recordar a sus más allegados.
"Es el reconocimiento que llevamos esperando muchos años", afirmó Antonia Gutiérrez, hija de uno de los fallecidos en 1941, que añadió que con este monumento "al menos ya parece que lo tenemos enterrado ahí y le podemos poner una flor". La nieta relató cómo hasta 2005 no sabía nada de su abuelo y cómo los primeros españoles que llegaron a Mauthausen "construyeron el campo" y morían en las canteras de granito o a causa de las epidemias.
Soledad Ruiz, sobrina de otro de los fallecidos, señaló que con esta obra "se recupera un poquito de la historia" que se perdió en los campos de exterminio y que con ella "se honra la vida de muchos malagueños".
Los españoles que fueron aprisionados en los campos de exterminio nazi fueron capturados por el ejército al inicio de la Segunda Guerra Mundial tras haberse alistado en las Compañías de Trabajadores Extranjeros o por haber participado en actividades clandestinas de la resistencia francesa, país al que tuvieron que exiliarse a consecuencia de la Guerra Civil española.
Por haber sido descubiertos ejercitando algún tipo de actividad contra el ejército de ocupación alemán fueron deportados a los campos de exterminio, principalmente a Mauthausen y sus derivados, que fueron los primeros en construirse y sirvieron de modelo.
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