Niña Pastori recorre su propio camino en Marenostrum Fuengirola con 15.000 personas

La gaditana hizo un repaso por sus 25 años de trayectoria musical

"Venir a esta tierra es venir siempre con ganas y alegría", saludó

Estopa parte la pana en su concierto de 25 aniversario en Marenostrum Fuengirola

Niña Pastori en su concierto en Marenostrum Fuengirola
Niña Pastori en su concierto en Marenostrum Fuengirola / Mar Bassa

Niña Pastori cumple sus bodas de plata con la música y lo hace de la mejor manera posible: con una gira que recorre las principales ciudades del país por segunda vez. El tour, que inició en 2023, también ha pasado por varios países de forma extensa como Estados Unidos o México. Camino, título homónimo de su último disco, es una celebración de toda una trayectoria y de su éxito en los Latin Grammy como Mejor Álbum de Música Flamenca. La gaditana ha conseguido encontrar su propio estilo de flamenco tradicional mezclado con pop y música latina, ganándose el reconocimiento de su país natal y la acogida de otros lugares alrededor del mundo.

En esta segunda vuelta de su gira, anoche era el turno de Málaga. La artista reunió a cerca de 5.000 personas en Marenostrum Fuengirola para deleitarse de una noche única, llena de palmas, quejíos y mucho arte y alegría. El espectáculo dio comienzo tras un breve vídeo introductorio y la cantautora apareció sobre el escenario para entonar Somos Marineros. El público la recibió con gritos, vítores y aplausos ante la ilusión y las ganas de tenerla de frente. La siguió Regoleta, tema de su último disco, y fue jugando con las canciones de sus diferentes álbumes. Bajo el compás de las palmas de los allí presentes, continuó con Yo nací para vencer.

"Buenas noches, ya sabéis lo que siento por vosotros, lo sabéis de siempre, venir a esta tierra es venir siempre con ganas y alegría porque sé que me voy a encontrar a gente de mi gusto", saludó la intérprete a su público, ensalzando el cariño que le tiene a esta tierra. Como respuesta, el público ovacionó a la gaditana y la arropó con una marea de aplausos, todos en pie ante una de las grandes voces del flamenco de España.

Ni siquiera el terral quiso perderse el concierto de la artista. El concierto fue un camino que recorría las canciones más conocidas por el público de su carrera. Los malagueños pudieron disfrutar en directo de Burbujas de amor y De boca en boca. María Rosa García García, su nombre real, cautivó a los allí presentes con una demostración de su versatilidad artística en un espectáculo que enamoró a todos sus seguidores, que no quisieron perderse la oportunidad de disfrutar de su directo. El repertorio dio pie a momentos de alegría y euforia con el flamenco más puro, pero también a canciones más sentidas.

También viajaron musicalmente a Barcelona gracias al tema Bon dia, a la noche de San Juan con Amor de San Juan y corearon con fuerza un "sabías que la luna es un caprichito de mujer", de Capricho de mujer. También pasearon por La orilla de mi pelo, que tuvo una gran acogida por parte del público, Cuando te beso o Desde la azotea. Un deleite de flamenco que confirmó la grandeza de la artista en el panorama nacional e internacional. Y no es para menos: la gaditana ha sido reconocida por los Latin Grammy con cinco gramófonos y cuenta con una legión de fans que apoyan su música donde sea.

Sin duda, uno de los temas más disfrutados de la noche fue Gitano Soy, interpretado por Chaboli, pareja sobre el escenario y fuera de este de Niña Pastori. También hubo tiempo para hacer un popurrí de canciones como Cuando nadie me ve, Dime quién soy yo o Ya no quiero ser. Y, de pronto, una de las canciones más aclamadas. Fuengirola retumbó al escuchar los primeros acordes de Cai, uno de los más conocidos de la carrera musical de la gaditana, una oda a su tierra. Ya en la recta final, Y de repente, El color del agua, Y para qué o La música no se toca fueron el colofón de una fiesta flamenca frente al mar.

Más de dos horas de un concierto único en el que reinó el arte y la magia. Abanicos, palmas, sonrisas y miradas cómplices abundaron bajo el escenario. Niña Pastori deleitó con sus bailes, pero se metió al público en el bolsillo con su carisma y su buena energía: risas, palmas, bulerías y mucho talento. Los asistentes, como no podía ser de otro modo, la acompañaron en cada compás con fuerza y entrega. Cuando el escenario se quedó mudo, su alrededor rugió con ímpetu. Como dijo Machado: Caminante, no hay camino; se hace camino al andar. Y la gaditana no camina sola.

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