Wicked | Crítica
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Cuando aún faltaban horas para que cayera la noche, en cada rincón del centro de la ciudad de Málaga el fascinante ambiente de la Noche en Blanco lo impregnaba todo. El cielo nublado –que este sábado apenas soltó unas gotas de agua en la capital– sumó encanto a la velada que este año regresó por todo lo alto, con su decimocuarta edición y un lema que dejaba claras sus intenciones: La Buena Vida.
Suena la música en cada esquina. En Alcazabilla, frente al Thyssen, en Muelle Uno, en el Soho... Como espectador, resulta curioso ver cómo van creciendo las colas de malagueños a las puertas de los museos y los monumentos que en los días de diario únicamente congregan a turistas. Y es que, salvo con alguna excepción, se puede decir que son los autóctonos los mayores fans de esta cita cultural. Familias enteras, grupos de amigos, parejas... miles de personas se han echado a la calle a esperar que la ciudad les sorprenda, muchas veces, sin un rumbo fijo. El reclamo es tan sencillo como la cultura para todos los públicos, al aire libre y ¡gratis!
Este año había en total 143 actividades culturales y de ocio distribuidas en 68 espacios repartidos por distintos puntos de la ciudad. Todas ellas gratis y en un mismo horario: de las siete de la tarde a la una de la madrugada. Seis horas por delante para disfrutar de propuestas musicales para todos los gustos, arte en las calles, teatro, exposiciones, actividades para los más pequeños, visitas teatralizadas a monumentos o visitas guiadas a La Alcazaba, entre otras muchas opciones.
Las actividades se dividían en ocho apartados: uno para Arte, Museos y Exposiciones, con 36 propuestas; las Acciones Artísticas en la calle ofrecía seis; las actividades dedicadas a la Música y danza sumaban un total de 45; por su parte, las de Artes escénicas eran 12; había 19 visitas y actividades extraordinarias; además de Artes Audiovisuales, con dos alternativas; y la categoría titulada ‘...Y también puedes ser...’ en la que se incluían nueve opciones. Por último, se celebró la Nochecita en Blanco, destinada a los más pequeños, con 14 actividades.
En el epicentro de Málaga, la calle Larios, los alumnos de la la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (ESAD) protagonizan en cuatro pases un espectacular flashmob con la canción ‘La Banda’, del musical ‘Barnum’, como banda sonora. Muy cerca de allí, en la plaza de la Marina, los asistentes pudieron bailar con Los Vivancos –los hermanos Elías, Judah, Josua, Cristo, Israel, Aarón y Josué–, que ofrecieron un espectáculo creado exclusivamente para esta ocasión, titulado ‘La Buena Vida’. En Muelle Uno la noche hacía otro regalo: Anni B Sweet.
Merece también una mención la recreación artística organizada en la calle Echegaray, una propuesta envuelta de nostalgia, de reivindicación de la vida tranquila, del vecindario y del espacio urbano. A lo largo de toda la calle, las sillas de anea son las protagonistas, con sus alegres colores recordaban los tiempos en los que allí mismo los vecinos pasaban las tardes al fresco. La escena la completaban varias personas sentadas, dispuestas a charlar, miembros del grupo de teatro de la Universidad de Málaga (UMA) dirigido por Alessandra García, ganadora del Premio Max de las Artes Escénicas 2022.
Un año más, los niños pueden disfrutar también de su propia diversión, con la Nochecita en Blanco, pensadas en exclusiva para ellos. La calle Tomás Heredia, en el Soho, ha sido el espacio reservado para los más pequeños y sus padres, con talleres, actividades de ocio y recreativas, diversos talleres, malabares, swing y monólogos.
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