De la obra como herramienta y el genio aplicado
Willem Jan Renders detalla en el Picasso las claves de El Lissitzky

Apenas transcurren unos minutos de conversación con Willem Jan Renders, conservador de arte ruso del Van Abbemuseum de Eindhoven, y uno comprende al fin que hablar de El Lissitzky requiere una óptica poliédrica, una exégesis caleidoscópica. El Museo Picasso inauguró el pasado lunes La experiencia de la totalidad, la exposición temporal dedicada al artista ruso, con 130 obras que conforman un paisaje de muchos relieves y salpicado de todas las facetas del genio: lucen aquí el Lissitzky pintor, el dibujante, el arquitecto, el fotógrafo, el diseñador, el tipógrafo, el cineasta y otros muchos. Pero, si en cuanto a registros El Lissytzky (1890-1941) es multitud, en lo formal no lo es menos. Hablar del creador como de un artista puntero en las vanguardias alumbradas a comienzos del siglo XX en Rusia, y a la sazón acérrimo propagandista de la ideología soviética, significa quedarse en una simple etiqueta. Afortunadamente, Renders contribuye a ampliar el campo de visión.
El conservador participa hoy a partir de las 19:00 en el seminario dedicado a El Lissitzky que acoge el Auditorio del Museo Picasso con una conferencia sobre el Prounenraum (instalación creada a partir de la traducción arquitectónica del dibujo geométrico, de las dos a las tres dimensiones) que el artista realizó en 1923 y del que puede verse en la exposición una reproducción realizada en 1971. Preguntado por la manera en que esta obra materializa el ideal materialista de El Lissitzky, según el cual no cabe considerar límites entre la obra de arte y la herramienta técnica (ambos deben resultar igual de útiles al usuario), Renders recuerda que "antes de ser un artista revolucionario, El Lissitzky fue un artista judío. Y ya entonces dedicaba su tiempo a las artes aplicadas, especialmente las artes gráficas. No era un artista libre, como Malévich, pero seguía de cerca sus exigencias respecto a un arte que pueda servir a la sociedad". A partir de 1919, con la revolución ya alzada en Rusia, "Malévich centró sus esfuerzos en este sentido en el arte abstracto. Sin embargo, El Lissitzky buscaba una aplicación de estos presupuestos más amplia, lo mismo en la pintura que en la arquitectura y el dibujo".
De este modo, la connotación del arte como medio de transformación social adquiere una prioridad absoluta, mientras que conceptos como el de belleza quedan en un segundo plano: "El arte judío en Rusia anterior a la revolución ya había sido ferozmente antiburgués, y con la URSS El Lissitzky derivó esa energía a la propaganda. En consecuencia, lo principal era que el arte fuese funcional, claro, útil. La estética tenía su importancia, y así lo demuestran obras arquitectónicas como la Plaza Negra. Pero la belleza distaba de ser una preocupación". No obstante, este empeño no convierte a El Lissitzky ni al arte ruso de su época en una isla respecto a Europa: "Su aportación fue decisiva para el desarrollo del cubismo y el futurismo. El cubismo de Picasso y Braque, por ejemplo, fue absorbido en Rusia y convertido en cubofuturismo ya en la segunda década del siglo XX. Así, mientras en Europa nacían las vanguardias totales como el dadaísmo, en Rusia Malévich tomaba estos ingredientes para impulsar un nuevo arte abstracto. El Lissitzky viajó a Alemania con frecuencia, y no pocos de los grandes artistas europeos le admiraron. Se puede decir que, en conjunto, Rusia y el resto de Europa forjaron un arte libre y total".
El Lissitzky murió joven, con 51 años, víctima de la tuberculosis. Preguntado por la posibilidad de que el artista llegara a cansarse o dudar de las condiciones socialistas en su trabajo, Renders responde: "El último trabajo que realizó, en 1941, poco antes de morir, fue un póster en el que pedía más tanques para luchar contra Alemania. El Lissitzky no era estúpido, tras la llegada de Stalin al poder algunos de sus compañeros desaparecieron y él sabía bien por qué. Pero lo cierto es que él pudo haberse marchado a Alemania, sin problemas, y no lo hizo. Que llegara a dudar sería lógico, pero no lo sabemos". Todo queda, al fin, en su obra.
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