Guerra y miseria en otra Málaga vacía
'Paraíso en llamas' | Cine
'Paraíso en llamas', el cortometraje de José Antonio Hergueta que recrea el encuentro de Arthur Koestler y Peter Chalmers Mitchell en febrero de 1937 en Málaga, figura entre los nominados al Goya
El realizador cuenta ya con la financiación para el largometraje 'Caleta Palace'
Málaga/Arthur Koestler llegó a Málaga el 28 de enero de 1937 y al final de aquella primera jornada dio buena cuenta en su diario de sus impresiones: "Una ciudad después del terremoto. Oscuridad, calles enteras en ruinas; las aceras desiertas, llenas de cartuchos y un cierto hedor que conocía de Madrid; un polvo de tiza suspendido en el aire mezclado con olor a pólvora y ¿será mi imaginación? El penetrante olor a carne humana quemada. Madrid después de los bombardeos parecía un lugar de veraneo comparada con esta ciudad agonizante". Koestler (Budapest, 1905 - Londres, 1983), escritor y periodista, figura intelectual clave de su siglo, autor de crónicas, ensayos y novelas fundamentales como El cero y el infinito (un poderoso alegato antisoviético publicado en 1942 por un comunista que pocos años antes había prestado servicios de espionaje a Stalin con la mayor convicción) e influencia decisiva en otros autores como George Orwell, atravesaba una posición delicada. Su anterior estancia en España, en 1936, tras el estallido de la Guerra Civil, se saldó con su huida in extremis del país: entonces, Koestler se hizo pasar por afín al régimen franquista y, con su acreditación de corresponsal del diario británico News Chronicle, llegó a entrevistar a Queipo de Llano en Sevilla, ocasión que aprovechó para obtener pruebas del apoyo armado de Italia y Alemania al bando sublevado, un apoyo que el régimen había guardado celosamente en secreto y que llegó a conocerse en toda Europa gracias a la intrépida actuación de Koestler. Los motivos por los que el escritor decidió volver a España en 1937 con un elevado precio puesto a su cabeza nunca han quedado bien aclarados, pero lo cierto es que en aquel mes de enero de 1937 Koestler se desplazó a Valencia y desde allí a Málaga, que ya había quedado abandonada a su suerte tanto por el Gobierno de la República como el ejército leal a la misma y cuya caída a manos de las fuerzas del general Franco parecía inminente. Después de pasar por varios refugios no precisamente seguros, encontró la protección esperada en la casa en el barrio del Limonar del zoólogo escocés Peter Chalmers Mitchell, quien ocultó a Koestler convencido de la inmunidad que le concedía su nacionalidad británica. Pocos días después, Koestler, el único periodista internacional que quedaba en la ciudad, y Chalmers Mitchell fueron testigos directos de la Desbandá bajo las bombas italianas. En aquel contexto, el abogado y periodista afecto al régimen franquista Luis Bolín, cuya casa se encontraba muy cerca y que se había refugiado con su familia en la de Chalmers Mitchell para escapar de la persecución republicana, supo de la presencia de Koestler en la misma mansión y procedió a detenerlo: Bolín había autorizado la entrevista de Koestler a Queipo de Llano y esperaba desde entonces la oportunidad de prenderlo como ajuste de cuentas por el engaño. Finalmente, después de una temporada en prisión, Koestler fue canjeado en Gibraltar por la esposa del aviador Carlos Haya.
De esta historia dieron buena cuenta tanto el mismo Arthur Koestler (quien se suicidó junto a su esposa en Londres en 1983) como Peter Chalmers Mitchell en sus libros, diarios y memorias. En el fondo, dada la ausencia de una autoridad competente, así como de observadores internacionales, el episodio, así como todo lo relacionado con la Desbandá, arroja bastantes más dudas que certezas. Aunque las últimas investigaciones ofrecen conclusiones más fiables, a día de hoy los cálculos de las víctimas que perdieron la vida en la huida por la carretera de Almería bajo el fuego italiano y alemán siguen siendo estimativos, cuando lo cierto es que la anexión de Málaga al bando sublevado, dada la ausencia de resistencia, se saldó a toda velocidad y sin apenas bajas. No obstante, con toda la bibliografía disponible, no resultaba descabellado ni mucho menos ver una película en todo esto. Y el primero en darse por aludido ha sido el director, productor y guionista malagueño José Antonio Hergueta, que con una amplia trayectoria a sus espaldas, especialmente en el registro documental (en el que ha abordado otros sucesos relacionados con la Guerra Civil), decidió poner el asunto en imágenes. El resultado es, por ahora, el cortometraje Paraíso en llamas, un título alumbrado por MLK Producciones con el apoyo del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía y el Festival de Málaga que, tras haber sido premiado en las últimas ediciones de los Festival de Cine de Huelva y Sevilla, figura entre los 35 cortos nominados al Premio Goya en su categoría. El recorrido que espera a Paraíso en llamas es, por tanto, altamente prometedor; tanto, que Hergueta cuenta ya con la financiación suficiente para producir Caleta Palace, un largometraje que narrará la misma historia con un alcance muy superior y cuyo rodaje comenzará en cuanto lo permita la pandemia, con la intención de estrenarlo en 2022. De momento, Hergueta estrenó Paraíso en llamas hace unos días en el Cine Albéniz y este viernes volvió a presentarlo en el Museo Picasso, en un coloquio en el que participaron la coguionista Regina Álvarez y los traductores e investigadores Andrés Arenas y Enrique Girón, responsables de la traducción al castellano de las memorias y diarios de Peter Chalmers Mitchell y conocedores a fondo, por tanto, de los sucesos que acontecieron en su casa del Limonar junto a Arthur Koestler.
Paraíso en llamas cuenta en su reparto con Pedro Casablanc en el papel de Koestler, Denis Rafter como Chalmers Mitchell y Ana del Arco como Gerda Grepp, la reportera noruega que acompañó a Koestler durante sus días en Málaga, aunque decidió marcharse para preservar su seguridad antes del cruento desenlace que significó la Desbandá. Aquí se encuentra uno de los grandes hallazgos del cortometraje: la figura de Grepp casi no ha sido referida en los relatos sobre estos acontecimientos, en parte porque Koestler apenas la menciona en sus escritos; pero la reciente traducción por parte de Enrique Benítez Palma del fragmento de una biografía de la periodista publicada en Noruega dedicado a sus días en Málaga permitió a Hergueta y Álvarez construir el personaje con suficiente solvencia. Gerda Grepp huyó de la España que agonizaba bajo la Guerra Civil y volvió a Noruega, donde falleció enferma en 1940, poco antes de la entrada del ejército nazi en su país. "Algo que nos atraía mucho de esta historia es la presencia de un espía como Koestler y de reporteros que lo dan todo para contemplar cómo caen las ciudades en medio de las guerras", explicó en el Museo Picasso Regina Álvarez. Hergueta destacó que la naturaleza del documental se mueve entre la ficción y la apariencia del falso documental, una naturaleza híbrida reforzada con imágenes de Málaga sumida en el confinamiento obligado por la epidemia del coronavirus en este 2020, con calles vacías de ambiente espectral. La licencia, con un cariz poético pero armada de intenciones, contribuye a sentir como mucho más cercanos los sucesos narrados en aquella otra ciudad confinada que encontró Koestler, desierta, agotada, hundida, a merced del conquistador menos piadoso. Subrayaba Andrés Arenas la oportunidad que brinda Paraíso en llamas para dar a conocer esta historia a públicos amplios, "especialmente entre la gente más joven. Lo que sucedió en Málaga durante la Guerra Civil no sucedió en ningún otro lugar de España. Durante demasiado tiempo se ha cubierto este episodio de un silencio interesado que conviene romper de una vez". En este sentido, Hergueta confesó su impresión de que el silencio ha logrado resistir durante tantos años "porque la verdad no convenía a ninguno de los dos bandos".
En cuanto a Caleta Palace, Hergueta anticipa un rodaje complejo: "Sólo en lo que se refiere a personajes imprescindibles, salen fácilmente más de veinte, lo que en términos cinematográficos es un problema. Pero vamos a poner todo nuestro empeño en ofrecer el retrato más fiel, sereno y racional posible. Mientras tanto, esperamos que Paraíso en llamas acapare mucha atención y nos sirva a construirlo". Que la memoria tenga en Málaga al cine como aliado, y que esa alianza goce de una resonancia amplia mucho más allá, Premio Goya incluido, sólo puede considerarse un motivo de celebración. Con pocos espejos tan válidos podrá contar la ciudad para reconocerse.
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