'Mejor cerca del agua', la novela de Paula Babot que refleja el maltrato psicológico de la pareja

"Me pareció importante ayudar a visibilizar esas realidades, estas situaciones que a menudo se pierden en términos como toxicidad", remarca

La obra se presentará en la librería Luces el próximo 7 de octubre

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La escritora malagueña Paula Babot en una foto de promoción / M.H.

El amor no siempre es tan bonito como parece. Las relaciones de pareja pueden esconder maltratopsicológico y causar una reconstrucción emocional a quien lo padece. Mejor cerca del agua es la primera novela de la malagueña Paula Babot, publicada por la editorial AdN, en la que explora las oscuridades de un aspecto complejo más común de lo que uno se piensa. "Amor, vulnerabilidad y transformación" son las tres palabras con las que define la obra la escritora en una entrevista con este periódico. El libro sale a la venta el 26 de septiembre y se presenta el 7 de octubre en la librería Luces.

Mejor cerca del agua narra la historia de Creta, una mujer que se pierde en una relación amorosa con Milo, marcada por el maltrato psicológico, y su lucha por reencontrarse. La autora define su obra como "una historia sobre el amor y la equivocación", en la que se abordan temas como las obsesiones, los vínculos emocionales y la violencia psicológica.

La decisión de tratar la violencia psicológica en la pareja no fue fácil, según apunta Babot. "Al principio tenía dudas, porque es muy delicado y existe la tendencia a culpabilizar a la víctima, a cuestionarla", admite. No obstante, decidió que era importante visibilizar una realidad que muchas veces queda oculta detrás de términos como "toxicidad". Para la autora, la violencia psicológica no deja "marcas visibles" como la física, pero "las cicatrices emocionales también existen": "Es crucial no restarle importancia".

Aunque la joven de 33 años aclara que la novela no es autobiográfica, admite que parte de su inspiración proviene de su propia experiencia con una relación de maltrato psicológico, algo que le tomó tiempo reconocer. "He utilizado algunas de mis experiencias para construir el personaje de Creta y darle autenticidad", confiesa. Sin embargo, destaca que el proceso creativo incluyó una gran dosis de imaginación y trabajo en los personajes.

El objetivo es que los lectores puedan sentirse identificados con la historia: "Que sientan las palabras, las ideas, las emociones, las contradicciones, los momentos altos y los bajos de la historia, que se les mueva algo dentro". A Babot le gustaría que, al leerla, puedan experimentar la dualidad entre el amor y el dolor que existe en este tipo de relaciones. También invita a reflexionar sobre la idea "tan equivocada" que se tiene a veces del amor, "este mito del amor romántico". Parafrasea a Bell Hooks: “El amor y el abuso no pueden coexistir”.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentó la autora fue el de estructurar la narrativa de manera que el maltrato psicológico apareciera de forma gradual. "Quería que se viera cómo el abuso puede ser sutil en un principio, pero luego se hace más evidente con el paso del tiempo", explica. Para ello, recurrió a los personajes secundarios, quienes ofrecen una perspectiva más clara de lo que ocurre, ayudando al lector a identificar señales que quizás la protagonista, Creta, no puede ver por estar inmersa en la relación.

Proceso creativo

El proceso de escritura fue, en muchos momentos, caótico. "No seguí ningún proceso creativo lineal ni estructurado", comenta la malagueña. Ella empezó escribiendo fragmentos desordenados antes de decidir el tema principal de la novela. El final, sin embargo, siempre lo tuvo claro: "No quería caer en la facilidad de un final feliz, porque la realidad es que no todos los finales lo son".

La autora explica que la idea de escribir la novela no surgió de manera premeditada. Nunca se sentó delante del ordenador y dijo que iba a escribir una novela: "Simplemente comencé a escribir fragmentos en un momento en que sentí la necesidad de hacerlo". Este proceso intuitivo de escritura fue el que le permitió identificar un hilo conductor, que más tarde se convertiría en la base para la historia.

El título de la novela tiene una fuerte carga simbólica para Paula Babot, que encuentra en el agua una fuente de calma y equilibrio: "En todos los lugares en los que he vivido, he intentado siempre que hubiera agua cerca". Como la casa de sus padres, que sigue siendo uno de sus lugares favoritos. También ha vivido en Londres. Más allá de su conexión personal, el agua es un elemento clave en la trama: "El agua representa la purificación, la transformación, la vida".

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