Esperando a Bruce Nauman
Museo Picasso Málaga | 15 aniversario
La muestra del artista norteamericano que acogerá el Museo Picasso el próximo verano destaca entre las previsiones expositivas para el nuevo año
Málaga/Si hacemos caso a la biografía de Bruce Nauman (Fort Wayne, 1941), fueron sus estudios de física y matemáticas en la Universidad de Wisconsin los que despertaron su interés por la filosofía analítica, concretamente por la obra de Ludwig Wittgenstein, que en los años 60 se convirtió en objeto de veneración en Estados Unidos por obra y gracia de la misma élite intelectual que echaba la primera leña al fuego del underground. Si uno de los principales centros de interés de la filosofía analítica es el lenguaje verbal (la distancia entre lo que se quiere decir, lo que se puede decir y lo que se dice finalmente), los límites del mismo en comparación con la claridad y eficacia del lenguaje matemático (así como su traducción física en las leyes de la naturaleza) tenían para Nauman su resolución más precisa, en términos de expresión, en la creación artística. Es aquí, en la obra de arte, donde lo que decimos se parece más a lo que queremos y podemos decir: cuando Wittgenstein recomendaba “de lo que no se puede hablar, mejor callar la boca”, estaba desviando el foco de atención a los lenguajes no verbales, y es a la posibilidad de significar en virtud de la experiencia humana donde Bruce Nauman ha dirigido una de las empresas artísticas más ambiciosas y resonantes del último siglo. Lo hizo en un principio a través de la pintura, ya con éxito, si bien tras su traslado a California a mediados de los 60 el empeño titánico en significar a toda costa abarcó todos los instrumentos al alcance del creador, del vídeo a la performance, de la instalación a la escultura, del movimiento a la arquitectura: nada ha sido ajeno desde entonces a un Bruce Nauman dispuesto a explorar todas las posibilidades discursivas del arte hasta las heces. Su propuesta encajó además como un guante en los postulados de la postmodernidad cernida en los límites del significado como fundamento esencial, lo que permitió a su obra entablar diálogos harto fecundos lo mismo con el teatro de Samuel Beckett (cuando el Hamm de Fin de partida replica: “¿Significar? ¿Significar nosotros? ¡Ésta sí que es buena!”, se está acercando justo a las mares navegados por Bruce Nauman) que con la danza de Merce Cunningham, donde vacío y movimiento llegaban a expresar en igualdad de condiciones. Por todas estas razones, Bruce Nauman sigue siendo considerado hoy día uno de los artistas más influyentes del mundo, muy a pesar de la etiqueta conceptual que en poco o nada hace honor a su obra.
Y por los mismos motivos cabe saludar como una de las citas más prometedoras de este recién estrenado 2019 la muestra dedicada a Bruce Nauman que acogerá el Museo Picasso Málaga del 18 de junio al 1 de septiembre, en la que será la primera gran exposición del artista en España en 25 años. La propuesta reunirá un centenar de obras entre vídeos, esculturas, instalaciones, neones, estructuras arquitectónicas, fotografías y dibujos que, especialmente por sus piezas de mayor tamaño, obligará a reacondicionar ex profeso las salas reservadas a las exposiciones temporales y a poner a prueba la capacidad organizativa del Picasso, según apuntó su director, José Lebrero. El propio Lebrero comparte el comisariado de la muestra con Eugen Blume, quien entre 2001 y 2016 fue director del Museo de arte contemporáneo Hamburger Bahnhof de Berlín, centro que atesora (especialmente dentro de la colección Friedrich Christian Flick, de la que es custodio) un amplio legado de obras de Bruce Nauman. De hecho, el museo alemán, responsable de la exposición de arte actual de la Nationalgalerie, inauguró el pasado 15 de diciembre la muestra Local Histories, que podrá verse hasta el próximo 29 de septiembre y que, dentro de una nutrida representación de la colección Friedrich Christian Flick, incluye una jugosa selección de trabajos de Bruce Nauman, especialmente de sus arquitecturas. Aunque con menos tirón popular que los Andy Warhol, Francis Bacon y Jackson Pollock que han visitado el Museo Picasso en los últimos años, la presencia de Nauman refuerza la proyección de la pinacoteca como escenario para el arte contemporáneo y, de paso, devuelve al Palacio de Buenavista el protagonismo de un artista vivo, algo que no sucedía desde la exposición de Richard Prince en 2012.
Sobre Bruce Nauman apunta el Museo Picasso: “El cuerpo humano es con frecuencia su espacio de reflexión y sus obras sellan las relaciones que se establecen entre los objetos, el espacio que los rodea y quien los observa. Las referencias a la música, la danza, la literatura y la filosofía transpiran sus obras, que generan en el espectador reacciones asociadas a la provocación, el conflicto, la tensión, la desorientación o la angustia. Su ironía está patente en los juegos de palabras y en las relaciones que se establecen entre público, espacio y obra de arte”. De este modo, la llegada del artista norteamericano servirá en bandeja, tal vez, una nueva manera de visitar los museos. De mirar y decir.
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