El nuevo proyecto arqueológico atrasa las obras del Teatro Romano de Málaga
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La Consejería de Cultura espera que la actuación comience antes del verano, pero no contempla el regreso de las actividades escénicas al recinto
Málaga/Va ya para dos años que la Consejería de Cultura anunció una intervención arqueológica en el Teatro Romano de Málaga de la que, de momento, nada se sabe. La incógnita pareció despejarse el 20 de junio de 2020 cuando la consejera, Patricia del Pozo, se refirió a dos obras “de gran calado” a cuya ejecución se destinaría medio millón de euros; de hecho, Del Pozo habló de la “inmediata” licitación de la primera de las dos actuaciones para “la adecuación de las visitas” por 174.000 euros, lo que obligaría a cerrar el recinto al público hasta, al menos, finales de año. Pues bien, el Teatro Romano cerró sus puertas al público y así se mantuvo durante algunos meses, pero no se produjo intervención alguna. Eso sí, la Junta de Andalucía incluyó poco después en sus presupuestos para 2021 un total de 682.000 euros destinados a los trabajos en el Teatro Romano, pero a día de hoy no se ha producido licitación ni novedad al respecto. Finalmente, la clave de este retraso se encuentra en las modificaciones que ha sufrido el proyecto arqueológico durante los últimos meses.
Así informaron a Málaga Hoy fuentes de la Consejería de Cultura, quienes explicaron que estos cambios en el proyecto responden más a cuestiones formales que de fondo; es decir, se mantienen las líneas de actuación previstas pero se incluyen elementos en 3D y de realidad aumentada entre otras innovaciones, lo que obliga a una revisión del plan y, por tanto, de la licitación: “Con los cambios introducidos en el proyecto no podía aprobarse la licitación anterior”, señalaron las mismas fuentes, quienes recordaron que el proyecto para el Teatro Romano de Málaga, que se dará a conocer “en breve”, es “delicado y de muy largo alcance”. De cualquier forma, Cultura confía en que la licitación esté resuelta en los próximos meses, con lo que las obras podrían comenzar antes del verano, lo que obligaría, en principio, a volver a cerrar el recinto al público. En cuanto al desarrollo de las obras, ya advirtió Del Pozo el año pasado que serán “largas y complejas”.
Cabe recordar una cuestión no menor en juego en lo relativo a estas obras más allá del mantenimiento del yacimiento arqueológico: su uso como sede para actividades escénicas, una opción a la que dio respuesta la misma Junta de Andalucía durante algunos años con el ciclo autonómico Teatro Romanos de Andalucía pero que en los dos últimos veranos se ha quedado sin materializar a cuenta de las obras todavía pendientes. También en junio de 2020 subrayó la consejera Del Pozo la intención de la Consejería de recuperar las representaciones escénicas en el Teatro Romano de Málaga, pero matizó que los arqueólogos desaconsejaban la cuestión “hasta que no esté lista la intervención necesaria”. Los pasos dados desde entonces dan a entender, sin embargo, que la intención puede ser distinta: el pasado febrero, la propia Patricia del Pozo anunció que el Castillo Sohail de Fuengirola se convertía en la sede en la provincia de Málaga del ciclo teatral veraniego Anfitrión, heredero del programa Teatros Romanos de Andalucía, en lugar del Teatro Romano de la capital. Otras fuentes de Cultura consultadas por este periódico confirmaron que la designación del Castillo Sohail para el ciclo no es eventual ni pasajera, sino que la fortaleza se incorpora como sede estable y duradera sin que haya de momento intención de hacer del Teatro Romano sede de Anfitrión una vez que acaben las obras. Es decir, la Junta de Andalucía no contempla, según las mismas fuentes, el regreso de las representaciones escénicas al Teatro Romano de Málaga, al menos en un largo plazo.
Durante las ediciones de Teatros Romanos de Andalucía celebradas en Málaga actuaron en el Teatro Romano compañías y artistas como Rafael Álvarez El Brujo, Atalaya y Teatro del Velador, con el aforo completo en la mayor parte de las funciones muy a pesar de las incomodidades (las áreas no restauradas quedaban fuera de las gradas dispuestas al público sin que tampoco la Consejería de Cultura llegara a proponer una solución al respecto). Fueron notorias, eso sí, las peticiones que hizo el alcalde, Francisco de la Torre, a la Junta de Andalucía entre 2007 y 2014 para que la gestión cultural del yacimiento fuera cedida al Consistorio, una reclamación que con el Gobierno de Moreno Bonilla no ha vuelto a repetirse. Quedan, al menos, los desfiles de moda.
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