Raphael triunfa con una 'victoria' en su gran noche en Málaga
"Quisiera posicionarme al lado de todas las víctimas y sus familiares de la DANA, les ruego tener un minuto de silencio", dijo
Raphael se cita este sábado con Málaga en su gira 'Victoria'
Se apagaron las luces y el público gritó eufórico la salida de uno de los más grandes de la historia musical española. Raphael apareció sobre el escenario del Palacio de Deportes José María Martín Carpena con puntualidad. Personas de todas las edades, desde jóvenes amantes de su música hasta fieles seguidores del cantante, dieron una cálida bienvenida al artista –todos en pie en una gran ovación–, que saludó con una sonrisa. Con todas las entradas agotadas, la velada comenzó con una introducción inconfundible: los acordes del famoso Yo soy aquel llenaron el recinto y la emoción del público era palpable.
Raphael dio paso a La noche, tema que interpretó con toda la sensibilidad y emoción que solo un intérprete de su calibre puede ofrecer. Luego llegó el turno de De tanta gente, una de las canciones de su última álbum, Victoria, un trabajo producido por el malagueño Pablo López. Este tema, nuevo en el repertorio de Raphael, reveló su lado más reflexivo con una letra que explora temas de conexión y distancia desde un punto de vista íntimo y conmovedor. La respuesta del público fue acogedora y no dejaron de cantar ni una sola estrofa.
"Bienvenidos, quisiera posicionarme al lado de todas las víctimas y sus familiares. Quisiera rogarles, por favor, de todo corazón, que tengamos un minuto de silencio", saludó Raphael. Antes de dar paso al minuto de respeto, el público ovacionó las palabras del artista y después se puso en pie como muestra de respeto por las víctimas afectadas por la DANA, sobre todo en Valencia.
El primer momentazo de la noche fue con la interpretación de Yo sigo siendo aquel , vivida con una intensidad que electrizó el recinto. Raphael no solo revivió uno de los temas más esperados, sino que compartió con su audiencia cada palabra y cada acorde. La siguió otra de las canciones estrella, Digan lo que digan, igualmente coreada. Minutos después llegó uno de sus grandes himnos. Uno que consiguió poner a todo el mundo en pie y bailar y cantar a pleno pulmón: Mi gran noche. La energía con la que tanto el artista, de 81 años, como el público la cantaron podría haber echado abajo el Martín Carpena: energía, entusiasmo y felicidad.
Enamorado de la vida, Despertar al amor, La canción de trabajo o Estuve enamorado fueron canciones que se sintieron como una ventana al alma del artista. Una ventana por la que se podía ver honestidad y vulnerabilidad, sentimientos tan humanos como puros. Otro de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando el jiennense interpretó A que no te vas, de Rocío Jurado, acompañado solo por el piano y acabando con un verso a capella. Fue ovacionado y con el público en pie. Los malagueños no pudieron evitar emocionarse con el recorrido emocional del artista.
También hizo su versión de Lo saben mis zapatos, canción original de Pablo López. A lo largo de la noche, Raphael rindió homenaje a algunos de los grandes de la música y volvió con Rocío Jurado y Se nos rompió el amor, interpretado con un dramatismo y una emoción desgarradora que puso en pie al público para aplaudir. El artista, metido en una interpretación casi teatral, logró emocionar a los allí presentes.
En una noche llena de emociones y de repaso de su trayectoria, llegó el momento de una sucesión de grandes éxitos del artista. El primero de todos fue Qué sabe nadie, coreada con fuerza. Le siguió Yo soy aquel, donde las miles de voces se unieron con la del cantante para interpretar cada verso. La fiesta la trajo Escándalo: levantó pasiones y personas de sus asientos para bailar con Raphael, que no podía ocultar la sonrisa de su rostro.
Para anunciar el final, el broche de oro lo puso Como yo te amo, un tema de los más conocidos y que el propio jiennense ha hecho un himno internacional. La canción, en primer momento recibida con un silencio respetuoso para poder escuchar al artista, fue celebrada con aplausos entusiastas hacia el estribillo y al final. Todo el mundo se puso en pie. La ovación final fue ensordecedora.
El concierto de Raphael en Málaga fue mucho más que un concierto al uso: el artista celebra 60 años de una carrera que ha dejado una huella imborrable en la música española. El jiennense demostró que su talento y su voz siguen siendo conmovedores. Sin descansos, dejándose la piel en el escenario, entregado y bailando. Sigue siendo aquel que conquistó al mundo con su música. Su arte es un escándalo y ayer fue una prueba de ello: su gran noche, su victoria en Málaga.
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