La escritora Rosa Montero presenta en Málaga su novela 'Animales difíciles': "Se centra en la inteligencia artificial y de los cuatro libros es el enigma más vertiginoso"

La periodista y escritora Rosa Montero (1951) cierra la saga de la detective Bruna Husky con la publicación de Animales difíciles (Seix Barral). La autora presentó en el Museo de Málaga su nueva historia, en coordinación del Centro Andaluz de las Letras, que trata sobre la investigación de un atentado terrorista en las instalaciones de Eternal, una gran empresa tecnológica. El libro plantea el peligro de una superinteligencia desconocida que se está desarrollando, que no se sabe si "seremos capaces de controlar" y que puede "convertirse en un arma definitiva y brutal".

Pregunta.¿Sobre qué va la novela?

Respuesta.Es la cuarta novela de la serie de Bruna Husky. Es una serie futurista. Yo no creo en los géneros a estas alturas del partido. No nos vamos a encerrar en un género. Mis novelas son, por un lado, ciencia ficción porque suceden dentro de 100 años, en 2111 concretamente esta, pero también son un thriller porque es detective. También son novelas existenciales porque ella solo vive 10 años y sabe cuándo va a morir. Y no puede olvidarse de que es mortal. Trata, sobre todo, de la muerte, del tiempo... Un tema que es obsesivo para mí. La muerte está en todas mis novelas. También son novelas sociales, políticas y psicológicas. Bruna es el personaje con el que más me identifico de todos los que he hecho, porque sabe cuándo va a morir y no puede olvidarse de que es mortal, que es lo que hace la inmensa mayoría de los humanos, olvidarse de que son mortales. Menos un puñado de neuróticos como Woody Allen y yo. Todas las novelas se cierran en sí mismas, se pueden leer sin haber leído las anteriores, aunque tiene un plus si se hace cronológicamente. Cuando empecé a escribir esta novela, yo no sabía que iba a ser el final de esta serie, pero cuando comencé a desarrollarla, me di cuenta de que sí por dos razones: en cada una de ellas hay una investigación criminal, en esta novela que se centra en la inteligencia artificial, y de los cuatro libros es el enigma más vertiginoso, más crepuscular, más tremendo, porque además trata de un peligro cierto para nosotros en este mundo. En este libro le pongo un doble reto, ella es una tecnohumana de combate, pero al final de la tercera novela la envenenan y sabe que va a morir. Además de tener que resolver esa intriga asfixiante, tiene que resolver el conflicto de habitar un cuerpo nuevo. Este libro he investigado a fondo el tema de la identidad, llegar a saber qué quieres de verdad, quién eres...

P.¿Le costó despedirse de Bruna Husky?

R.Sí, claro, porque llevo muchos años con ella y es el personaje que más se me acerca. Empecé a pensar en ella en 2007, hace casi 20 años. Un amigo me dijo una cosa que me alegró mucho, que puedo escribir un libro de cuentos del mundo de Bruna.

P.¿Cómo se le ocurrió el concepto de tecnohumano?

R.Quería crear mi mundo propio. Es algo que es una ambición que tienen todos los escritores, no es que yo tuviera una idea en la cabeza larga que necesitara cuatro novelas. Quería un mundo con personajes estables que yo pudiera visitar cuando me diera la gana. Y hacer una incursión y hacer una novela que se cerrara en sí misma.

P.Ha dicho que la inteligencia artificial es peligrosa.

R.Es en peligro. La inteligencia artificial es la mayor revolución tecnológica que ha tenido el ser humano nunca. Estamos en una frontera única, la inteligencia artificial es poderosísima y nos ayuda muchísimo. Nos puede facilitar la vida, pero tiene muchísimos problemas. Tiene cuatro niveles de problemas fundamentales. El primero es la pérdida de empleo, el que menos me preocupa. Todas las revoluciones tecnológicas lo han tenido y se pierde empleo, pero se crean nuevos. Los partidarios fanáticos de la inteligencia artificial dicen que va a llevar a cabo todo el trabajo y que nosotros vamos a vivir de las rentas, que además va a acabar con la muerte y nos va a hacer eternos. Se dicen cosas demenciales verdaderamente. El segundo nivel es mucho más preocupante y es la capacidad que tiene de manipulación de los seres humanos, de la relación con la realidad. Ya está sucediendo. El tercero es un secundario del segundo, es que el desarrollo de la inteligencia artificial puede aumentar de una manera brutal en las desigualdades sociales. Por ejemplo, puede haber una implementación de cerebros. Van a meter chips dentro del cerebro, pero solo van a tener acceso los ricos. Los ricos van a ser muchísimo más inteligentes que el resto de los humanos. El último nivel es el más preocupante, que de eso trata mi novela. Los peligros de la creación de una superinteligencia artificial, que los expertos dicen que llegará dentro de 50 años. Esa superinteligencia va a ser incontrolable. Va a ser inhumana, no nos vamos a entender. No vamos a poder saber qué es. Esa especie de superinteligencia va a ir a su bola. Todo esto no lo digo yo, no es una locura que se me haya ocurrido a mí, lo dice gente importantísima como Geoffrey Hinton, Premio Nobel de Física del año pasado. Es uno de los padres de la inteligencia artificial y abandonó Google en 2023 para poder avisar de que la inteligencia artificial nos puede llevar a la extinción.

P.¿Cree que la inteligencia artificial y la superinteligencia están mermando a la gente?

R.Está mermando nuestra inteligencia. Con los smartphone, sobre todo, por la falta de atención. La gente joven que se ha criado con eso, nos está quitando la capacidad de aprender, de concentrarnos. Han hecho estos estudios de la multitarea, que consiste, por ejemplo, yo lo hago también por desgracia, estar viendo las noticias chateando con el WhatsApp. Está dañando el cerebro, una parte muy importante que se utiliza, por ejemplo, para discernir entre cosas reales y cosas no reales. Estamos perdiendo esa capacidad de discernimiento.

P.Una cara visible es Elon Musk.

R.Es una cara visible del poder tecnológico. Entregué esta novela en julio y para ese entonces nadie imaginaba que diera ese paso adelante para aparecer en la política activa. Está claro que Estados Unidos lo gobierna.

P.Corremos en unos tiempos...

R.Son tiempos complicados y con muchas amenazas, pero también muy fascinantes porque nunca habíamos estado en una situación semejante. La buena noticia es que el futuro no está escrito. Corresponde a los jóvenes escribir el futuro, pero hay que ponerse a ello, ya, porque si no nos ponemos a ello, el futuro lo escribirá gente que nos puede llevar a la catástrofe.

P.Como periodista con una larga trayectoria, ¿cómo afecta al oficio la inteligencia artificial?

R.La gente está muy equivocada, la inteligencia artificial no es usar ChatGPT. Todo el mundo estamos metidos hasta las cejas. Si tú compras en Amazon, todo el proceso está regido por inteligencia artificial. No es algo que no estemos usando, estamos metidos hasta las raíces. Yo tengo varias inteligencias en el móvil. La inteligencia artificial te puede llevar a más errores ahora mismo en este momento que Google, por ejemplo.

P.¿También puede ser que provoque un aumento en los bulos?

R.Totalmente. Las redes sociales ya estaban llenas de mentiras, ahora están llenas de mentiras con películas totalmente realistas. Las redes están llenas en un 80% de informaciones falsas.

P.Los jóvenes tampoco contrastan la información.

R.Eso ya no lo hacían antes. El reino de la mentira, lo que te estoy diciendo del segundo nivel. La manipulación, la alteración de la realidad y la alteración de nuestra relación con la realidad, alteración de nuestro criterio...

P.¿Qué quiere transmitir con esa novela?

R.No quiero transmitir nada, tú no escribes una novela para dar ningún mensaje ni para enseñar nada, escribes para aprender, para intentar poner un poco de luz en tus obsesiones y en el corazón oscuro del ser humano. Si no aprendes en una novela, mala cosa. Este es el mundo en el que vivimos, simplemente lo intentas entender un poco más.

P.¿Qué ha aprendido con esta novela?

R.He llegado a un final, siendo una novela muy oscura y crepuscular, he llegado a un final muy luminoso y que me ha animado mucho. Es una especie de reafirmación de la vida y de la capacidad de los humanos para defender esa vida. A mí me ha servido para eso.