El maestro Juan Martínez que estaba allí
Juan Martínez existió
Málaga, la joya del Mediterráneo, resplandecía una vez más bajo un cielo claro que anunciaba algo más que el inicio de septiembre. Como si la luna misma se hubiera colado entre las luces del antiguo autocine Málaga Forum, el Selvatic Fest prometía una noche épica, un torbellino de voces femeninas que han tomado por asalto la escena musical actual. Con una alineación liderada por Sara Socas, Lia Kali y Ptazeta, el público no solo esperaba buena música, sino una inyección de pura energía y talento.
La apertura de la noche estuvo en manos de Sara Socas, la reina del freestyle que viene de hacer historia en las Batallas de Red Bull. Su entrada al escenario fue un golpe de adrenalina, con su banda formada exclusivamente por mujeres, dejando claro desde el principio que este era un espacio para el empoderamiento. Socas recorrió sus himnos más icónicos, entre ellos Siente y Ahora me quiero más, pero fue No va a cambiar el que más resonó entre los asistentes, una balada de fuerza y superación que dedicó con emoción a todas aquellas personas que han dejado atrás relaciones tóxicas. El momento cúspide llegó cuando, entre el rugido de la multitud, Sara improvisó un freestyle con Erika Dos Santos, arrancando aplausos y gritos de un público que no quería que el set terminara.
Poco más tarde, la luna cayó a los pies de Lia Kali, la cantante catalana que se ha hecho querer en Málaga. Con su energía incombustible y un directo entre el soul y el rap, Kali subió al escenario como un meteoro, y el público la recibió con la misma devoción que se reza un Padre Nuestro. Cada acorde, cada letra, fue coreada al unísono por miles de fanáticos que, con las manos al aire, respondían a la intensidad de una artista que está ascendiendo al estrellato a la velocidad de un cohete.
La artista ofreció un espectáculo que se sentía íntimo y a la vez apoteósico. Su voz, rasgada y llena de matices, iba tejiendo una atmósfera casi mágica que envolvía a los presentes. La conexión con su público era palpable, como si cada nota, cada palabra, fuera una conversación entre la cantante y la audiencia. Temas como Te conocí bailando, Volvernos a amar, 28 y Contra todo pronóstico se convirtieron en momentos inolvidables que el público vivió con intensidad, pero fue con Fosforito, su éxito junto a Dellafuente, cuando el clímax de la noche llegó. Con casi el mismo outfit que lució en el videoclip de la canción, Lia Kali hizo que el Selvatic Fest estallara en una ola que tiñó aún más de verde el ambiente.
Cada rincón del antiguo autocine vibraba al ritmo de su música, y no había duda de que Lia había llegado para quedarse en el corazón de Málaga. Su interacción con el público era genuina, respondiendo a los gritos y cantos que le devolvían sus fanáticos con fuerza, como si no existiera barrera alguna entre ellos. Este concierto marcaba el fin de su paso por la ciudad en este año, después de cinco fechas en la provincia como parte de la gira de su primer álbum Contra todo pronóstico. Estaba claro que, esa noche, Lia Kali le había cantado a la luna para que bailara una última vez con ella en la capital de la Costa del Sol.
Y entonces, cuando parecía imposible que la energía subiera aún más, llegó el huracán canario. Ptazeta, con su rap contagioso y su fuerza innata, irrumpió en el escenario como una ráfaga de viento fresco. La artista no solo cantaba, sino que vivía cada palabra, cada verso. Con hits como Riri, Tilín y Trakatá, la multitud saltaba y gritaba, alimentando una atmósfera de puro frenesí. Pero no solo era el ritmo, era la pasión con la que la canaria entregaba cada canción, desafiando al público a seguirle el ritmo. Y lo lograba.
Su set fue un maratón de casi 20 canciones, donde la rapera parecía incansable, pidiendo más, queriendo más. Málaga no le falló. "Hoy estoy sintiendo una energía inigualable", confesó entre sonrisas mientras el público la ovacionaba. Pero la noche no acabó ahí. Juacko, el productor y compañero de Ptazeta, tomó el control con un set electrónico que mantuvo a todos en movimiento. Nadie quería irse. La fiesta seguía, la energía crecía, y cuando Ptazeta se unió de nuevo a la pista con sus bailarines, el antiguo autocine parecía levitar.
Finalmente, la primera jornada del Selvatic Fest concluyó con la actuación del DJ Meow, quien puso el broche final a la noche a las 2:00 de la madrugada. Los asistentes se retiraban con la satisfacción de haber sido parte de una fiesta que dejó huella y que marca el inicio de un mes lleno de música y emoción en Málaga. La cuenta atrás hasta el 28 de septiembre ya ha comenzado, cuando el festival cerrará su primera edición con el directo del granadino Saiko. Justo antes, el Selvatic Fest recibirá los directos de Pepe y Vizio, Little Pepe, Gordo Master y Shabu (14 de setiembre), así como los monólogos de Selvatic Comedy Fest by Rives, con Isabel Rey (8 de septiembre), Taka Gómez (13 de septiembre) y Mikel Bermejo (20 de septiembre).
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