Teatro para una promesa de otoño

Málaga/La acostumbrada condena a la sequía que el aficionado malagueño al teatro debe asumir cada mes de agosto (fundamentalmente, una vez que la compañía Pata Teatro da por concluida la correspondiente edición de sus Clásicos de Verano en el Gaona) termina, o eso se supone, a partir de septiembre, con el comienzo de la nueva temporada. Los distintos escenarios de la capital han ido mostrando en las últimas semanas algunas de las citas que se podrán disfrutar en los primeros meses del curso, en la que escasez, impropia de una ciudad como Málaga, vuelve a ser la nota predominante, si bien corresponde destacar algunas propuestas harto interesantes. En lo que a escenarios se refiere, por cierto, el Teatro Cánovas, sometido aún a su profunda rehabilitación, promete algunas novedades de calado para la nueva temporada: la buena noticia es que el enclave de El Ejido volverá a abrir su programación a espectáculos para adultos, tras un buen número de años consagrado al teatro infantil y familiar y después de una reivindicación incesante de buena parte de los amantes del teatro que, finalmente, ha dado sus frutos (además, la programación no se detendrá en los espectáculos al uso, sino que acogerá diversas propuestas formativas y multidisciplinares con un carácter innovador en Málaga); la mala es que, previsiblemente, la reforma del espacio no terminará hasta los primeros meses de 2025, con lo que habrá que esperar todavía un poco a que el Cánovas contribuya a paliar la sequía. De cualquier forma, en lo que se refiere a las propuestas puras y duras que aguardan a la vuelta de la esquina, aquí está, fundamentalmente, lo que hay.

Buena parte de la atención que la oferta escénica malagueña es capaz de generar quedará en manos, claro, de la nueva producción musical del Teatro del Soho Caixabank bajo la dirección de Antonio Banderas, en este caso con un título legendario de Broadway, Gypsy, la obra que recrea la vida e influencia de la artista del burlesque Gypsy Rose Lee (especialmente en lo que tiene que ver con la relación que mantuvo con su madre) con libreto de Arthur Laurents, música de Jule Styne y letras de Stephen Sondheim. Para su cuarta producción del género, Banderas ha vuelto a convocar a su equipo habitual (con la dirección musical de Arturo Díez Boscovich, la traducción del libreto de María Ruiz, la traducción de letras de Roser Batalla y la coreografía de Borja Rueda) y ha designado a las intérpretes Marta Ribera, Lydia Fayrén y Laia Prats para los papeles principales. El musical tendrá su estreno el 25 de octubre y podrá verse, en principio, hasta el 1 de diciembre, con entradas ya a la venta. Bajo semejante gancho, del que cabe esperar una producción tan escrupulosa como deslumbrante, Málaga mantiene con orgullo su condición de nueva Broadway a la espera de que el público quede conquistado por los encantos de Gypsy.

En los escenarios municipales, a la espera del Festival de Teatro de Málaga que celebrará su próxima edición a partir de enero de 2025 (y cuya programación se presentará próximamente), la mayor parte de las propuestas escénicas quedan congregadas en la nueva edición del ciclo Danza Málaga, para el que, entre el 11 de octubre y el 6 de enero, desfilarán en los Teatros Cervantes y Echegaray, entre otros, el Ballet Flamenco de Andalucía, Manuela Carrasco (en su gira de despedida), La Lupi, la Compañía de Fernando Hurtado, la Compañía de Úrsula López y, dentro de la nueva remesa de Factoría Echegaray, el espectáculo La muerte de Christopher Reeve, creado a partir del poema de Lidia Bravo y en cartel del 14 al 23 de noviembre. Dejada la danza aparte, en lo que a teatro se refiere, solo corresponde contar dos citas hasta el mes de enero, si bien ambas merecen una atención notable: el Teatro Cervantes recibirá el 7 de diciembre a Aitana Sánchez-Gijón con La madre, la obra de Florian Zeller (El padre, otra pieza del mismo tríptico, pudo verse en la pasada edición del Festival de Teatro con José María Pou) armada bajo el criterio de Barco Pirata, la productora de Sergio Peris-Mencheta. Por su parte, el Teatro Echegaray recibirá el 27 de septiembre, dentro del nuevo ciclo Escena Abierta, a una compañía emblemática del teatro andaluz, Atalaya, que presentará su producción de Esperando a Godot de Samuel Beckett con la dirección de Ricardo Iniesta y Sario Téllez. El Echegaray, por cierto, revalidará cada domingo su ciclo de teatro infantil con compañías fundamentales como Los Títeres de Miguel Pino, La gotera de Lazotea y los citados Pata Teatro, que volverán a meterse a grandes y pequeños en el bolsillo con las funciones navideñas de Debajo del tejado.

A la espera de que el Centro Cultural MVA dé a conocer el contenido de su próxima programación (creciente, por cierto, en interés y en la consolidación de públicos fieles y renovados para las artes escénicas en Málaga), el resto de cuanto cabe esperar se ajusta al espectro más independiente. En La Cochera Cabaret destaca, además de la amplia oferta marca stand up comedy, el regreso fijado para el 12 de septiembre de Un secreto a voces, la fabulosa comedia de Álvaro Carrero con Pablo Puyol, Virginia Muñoz, Noemí Ruiz y Miguel Ángel Martín; y al día siguiente, en un doblete bien atractivo, el público podrá disfrutar otra comedia del mismo autor, Abre fácil, con Salva Reina, Rocío Rubio, Natalia Roig y el mismo Álvaro Carrero. El 28 de septiembre, en el mismo escenario, Cynthia García e Inma Caballero protagonizan Las plañideras, la comedia del actor, director y dramaturgo Paco Pozo, quien presentará a su vez en la Sala Joaquín Eléjar Perdónalos porque no saben lo que hacen junto a Steven Lance (del 14 al 29 de septiembre) y Canaán junto a Montse Peidro (del 8 al 17 de noviembre). No habrá mucho más en los teatros de Málaga a la vuelta del verano, al menos de momento. Pero quien quiera consuelo, como siempre, lo tendrá.