Manolo, el policía malagueño de 91 años que 'patrulla' por festivales de cine

El director de este proyecto, Pablo José Martínez Ruiz, defiende que se trata de un "documento histórico audiovisual"

La grabación ha pasado por certámenes de Argelia, Kazajistán, Colombia, Nigeria y Orlando

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El director del corto 'Mi tío Manolo', Pablo José Martínez, con el protagonista, Manuel Díaz
El director del corto 'Mi tío Manolo', Pablo José Martínez, con el protagonista, Manuel Díaz / Javier Albiñana

El Museo de la Policía Local de Málaga aguarda, tras cientos de documentos, miles de historias de los agentes que han pasado por el Cuerpo en diferentes épocas. Manuel Díaz Caballero es un malagueño de 91 años que se ha reencontrado con su 'yo' de los años 60 gracias a una fotografía que se conserva en la institución. En ella, aparece sobre su moto. Recuerda perfectamente su número: 27710. Toda esta secuencia llena de nostalgia y emoción se recoge en el corto documental que protagoniza, Mi tío Manolo, obra del joven Pablo José Martínez Ruiz, que ha pasado por festivales de Argelia, Kazajistán y Colombia, donde ganó el premio a mejor cortometraje documental en la sexta edición del Zabrinsky Festival Internacional de Cine.

A veces, las grandes historias nacen de las más pequeñas casualidades. Este cortometraje tiene su origen en una conexión familiar. Martínez, a los 8 años, conoció a su tío abuelo en la casa de su abuela: "Quedé muy impresionado por su historia y también porque me enseñó una porra de policía y su placa, me quedé con ganas de conocerle más". No lo volvió a ver hasta que el joven, graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga, entró en el Máster de Cinematografía y Artes Visuales en School Training. Le dieron la oportunidad de grabar un corto y no dudó en elegir la historia de aquel familiar que le había encandilado.

El policía local, a sus 91 años, recuerda las más de tres décadas de servicio a la perfección y repasa junto con el creador de este documental algunas de sus vivencias. Para ello, la grabación transcurre en el museo del propio Cuerpo, que alberga colecciones de la época en la que Manolo era agente. "El día que me senté con él para grabar, descubrí un mundo que no conocía, cómo trabajaba simultáneamente como conductor de ambulancias porque el sueldo no le alcanzaba, me sorprendió profundamente", relata Martínez con admiración en declaraciones a este periódico. Solo conocía una pequeña parte de su vida, pero al escucharle se dio cuenta de que la ventana a la que se asomaba ofrecía mucho más.

A través de la cámara, su tío abuelo revive momentos que habían quedado en el olvido, instantes que ahora cobran vida en un formato eterno, como una especie de homenaje para la posteridad. No solo es un tributo a Manolo, sino también a una generación que está desapareciendo. Para el director, ha sido una oportunidad única de reconectar con la historia familiar y dejar un legado para las futuras generaciones. “Manolo es el último de su generación en nuestra familia y no son solo sus memorias, sino de la Policía de aquella época, un documento histórico audiovisual", explica Martínez.

"Es un honor para mí y para la Policía, que todos servimos para el pueblo, y qué mayor honor que este documental", cuenta el protagonista del cortometraje a este periódico. Él ya tiene una edad "bastante avanzada", incluso un hijo suyo ha sido policía y se acaba de jubilar a los 65 años, la misma edad que Manolo por aquel entonces. Después de más de dos décadas fuera de servicio, la grabación ha sido una experiencia que no esperaba: después de jubilarse "hace ya tanto", se encuentra bien de salud, y comenta que es "una alegría y una satisfacción haber servido en Málaga".

"Cuando yo entré en la Policía Local, en 1965, era una época bastante fastidiosa, pero lo pasé bien, me he jubilado, he tenido esa suerte, como tantos compañeros han quedado en el camino", repasa. El policía veterano cree que es "uno de los pocos que quedan con vida" de su promoción, de cuando él ingresó en el Cuerpo. En cuanto a que el documental se haya proyectado en diferentes festivales, indica que es un triunfo y una enorme alegría: "No puedo decir otra cosa, muchas gracias por dejarme expresarme, por contar mi tiempo en la Policía Local y rememorar a mis compañeros que se han quedado en el camino".

Pablo José Martínez Ruiz graba con su móvil a Manolo Díaz Caballero
Pablo José Martínez Ruiz graba con su móvil a Manolo Díaz Caballero / Javier Albiñana

Lo más sorprendente, según el joven cineasta, fue la naturalidad con la que Manolo se desenvolvió frente a la cámara: "Nunca había actuado, pero parecía que lo había hecho toda su vida". No solo contaba su historia, la vivía de nuevo mientras hablaba. Navegaba en sus recuerdos. Y eso es algo que le dio una autenticidad al documental que no se puede interpretar. Entre los momentos más destacados del documental está el relato de un accidente de moto que Manolo sufrió durante su servicio. Se le cruzó una camioneta por delante, "porque tenía que girar", y se chocó con la parte trasera del vehículo: "Yo tuve dos puntos de sutura y mi compañero se fracturó el tobillo".

Con la ayuda de un equipo de profesionales, la ópera prima de Pablo José Martínez es un "orgullo" por haberse estrenado detrás de las cámaras con una historia como la de su tío abuelo, pero que es un relato universal. El documental retrata toda una época. Manolo no es solo un policía, es el testimonio de los años 50, 60 y 70 y cómo el Cuerpo se fue transofrmando en Málaga al mismo tiempo que la ciudad cambiaba. Sus recuerdos, perfectamente hilados con imágenes de su servicio en la capital y documentos antiguos que él mismo había guardado, forman ya parte de la memoria colectiva.

Pero el viaje del corto no terminó con la grabación y su publicación. La historia de Manolo ha traspasado la frontera nacional y ha viajado a más de 500 festivales. El destino quiso que una de esas puertas se abriera en Orlando, donde el documental fue seleccionado para su proyección: "No me lo podía creer cuando recibí la confirmación", confiesa entre risas. Las memorias de su tío abuelo iban a recorrer medio mundo e iban a ser vistas desde el otro lado del océano. Tuvo la mención de honor a mejor cortometraje documental en el Thilsri International Film Festival de India y quedó finalista en la sección documental juvenil del Dreamers Film Festival de Almaty, Kazajistán. Además, este mes se proyectará en el Festival Internacional de Cine de Bayelsa (BIFF), situado al sur de Nigeria.

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