“A los músicos de nuestra generación se nos ha desprovisto de una idea de raíz”

Vetusta Morla | Grupo de rock

La banda brinda esta semana en el Auditorio Municipal uno de los platos fuertes de La Terraza de Oh, See!, por la que pasarán también Dorian, Viva Suecia y Los Punsetes, entre muchos otros

Vetusta Morla, durante el concierto celebrado el pasado 15 de agosto en Aranda de Duero, en la última edición del Sonorama.
Vetusta Morla, durante el concierto celebrado el pasado 15 de agosto en Aranda de Duero, en la última edición del Sonorama. / Paco Santamaría / Efe
M. Mateo · P. Bujalance

31 de agosto 2021 - 07:25

Málaga/Quedaba claro, a medida que las previsiones más optimistas se iban diluyendo, que la puesta en marcha de los festivales de música para este verano, nuevos o veteranos, dependería, todavía, de su capacidad de adaptación a las exigencias del coronavirus. Por más que habrá quien considere que con el respetable sentado y con las distancias de seguridad respetadas no se puede hablar propiamente de un festival, y mientras el futuro inmediato apunta a las bondades del Certificado Covid como nueva moneda de Caronte, lo cierto es que no hay más remedio que hacerse el cuerpo a tan aséptico grado. Cabe saludar, por el contrario, el empeño de promotores y artistas en sacar adelante sus certámenes como el último clavo ardiendo para la música en directo, sin la que, directamente, no habría estación a la que pudiéramos llamar verano. Tras el éxito de público del reciente Brisa Festival en su primera edición, esta semana llega el turno de uno los órdagos más esperados: la nueva edición del Oh, See! Festival, que, reconvertido en La Terraza del Oh, See!, con aforos reducidos, una mayor oferta gastronómica, horarios adelantados y todos los protocolos asumidos, vuelve reunir a lo más granado del pop y el rock nacional en el Auditorio Municipal de Málaga, que es de lo que se trata, desde este miércoles y hasta el sábado. Luminarias como Viva Suecia, Dorian, Los Punsetes, We Are Not Djs, Nathy Peluso, Rufus T Firefly, Arde Bogotá y Ale Acosta de Fuel Fandango, entre muchos otros, llegan a la ciudad con ganas de poner a todo el mundo en pie aunque haya que quedarse sentado.

Uno de los grandes atractivos de esta Terraza del Oh, See! llegará el jueves a las 21:00 con la actuación de Vetusta Morla, que aterrizará así en la Costa del Sol después de la reciente y explosiva actuación en el Sonorama. La banda madrileña, as fundamental de los principales festivales españoles, atraviesa un momento creativo de alto voltaje: tras componer la banda sonora original de la nueva película de Manuel Martín Cuenca, La hija (la canción original La reina de las trincheras tuvo si lanzamiento hace sólo unos días), el grupo ultima su nuevo disco, Cable a Tierra, que verá la luz a final de año y del que ya el mes pasado se pudo escuchar Finisterre como adelanto proverbial y significativo. Juanma Latorre, guitarrista y fundador de Vetusta Morla, confirma a este periódico que el trance se está viendo completado con una respuesta fabulosa del público en la gira con la que ahora llegan a Málaga, muy a pesar de las dificultades sanitarias: “Una de las dudas que teníamos era sobre cómo iban a aplicarse todas las medidas necesarias que hay que poner para proteger a la gente para nuestros conciertos, porque inevitablemente esto supone una barrera con un público sentado, con mascarillas, sin poder levantarse. Pero la gente tenía tantas ganas de ir a los conciertos y nosotros también de ponernos ante el público que las emociones se han desbordado y ha hecho brotar algunas lágrimas. Eso sí, hay que hacer un doble juego curioso porque por un lado tienes que hacer que el público se caliente pero por otro tienes que procurar que permanezcan sentados”.

"Somos un grupo cocinado a fuego lento, y esto, que podría haber sido un problema, lo ha valorado el público"

En cuanto al repertorio de la gira y los temas que el grupo interpretará en el Oh, See!, Latorre apunta algunas claves jugosas: “Hemos seleccionado un poco de todos nuestros discos porque ahora mismo no tenemos ningún nuevo trabajo. Metemos algunos temas de Mismo sitio, mismo lugar y de toda nuestra trayectoria. Lo que sí que hemos recuperado son algunas canciones de Mapas, del que se cumplen ahora diez años, en una especie de guiño. Y, por supuesto, incluimos Finisterre, el single que sirve de adelanto a Cable a Tierra”. Sobre el nuevo disco de Vetusta Morla, el guitarrista confirma que este trabajo “tendrá muchas capas de significado. Es una reflexión cercana al folclore, a la idea de raíz, de música popular. A los músicos de nuestra generación se nos ha desprovisto a menudo de ese cable a tierra que da nombre al trabajo, a esos orígenes, y es lo que queremos recuperar. Finisterre es donde más patente se puede ver esa intención por nuestra parte”. Y respecto a la posibilidad de que esta inclinación vaya a permanecer como un signo perdurable en Vetusta Morla, Juanma Latorre hace su particular reflexión: “Nos quedan muchas cosas por hacer. Es muy difícil hablar desde el presente sobre las cosas futuras. Creo que más que planearlas, las cosas surgen en un momento dado y se afrontan. Tenemos muchos proyectos por delante que iremos poco a poco sacando a la luz porque si de algo nos ha servido el confinamiento es que hemos estado muy productivos. Ahora, por ejemplo, estamos interpretando Finisterre con personas involucradas en el folclore. Claro que vendrán muchas cosas, pero es complicado pensarlas en el presente”.

Esta precaución respecto al futuro tiene que ver con la consideración de Vetusta Morla como grupo de rock cocinado a fuego lento, una banda que no buscó el éxito fácil sino que apostó por la autenticidad y la singularidad como mecanismo desde el que trabajar su sonido: “Nosotros llevábamos juntos nueve años cuando sacamos el primer disco. Ha sido ciertamente un éxito cocinado a fuego lento. En todos estos años hemos seguido evolucionando y somos gente a la que le gusta el riesgo y afrontar nuevos proyectos. Esto, que podría ser un problema, nuestro público creo que lo ha valorado. Somos gente de procesos lentos, como a la hora de hacer los discos”, reflexiona Latorre en este sentido antes de añadir una sugerente apostilla al mismo hilo: “El hecho de que nuestra música se haya cocinado a fuego lento nos hace tener una perspectiva de lo que cuestan las cosas y nos permite que sigamos teniendo ilusión. Las cosas hay que currárselas pero no puedes estar permanentemente preocupado por algo que no está en tus manos. Lo que tenemos claro es que todo lo que hagamos tiene que ser emocionante para nosotros. Por eso es para nosotros una suerte tremenda haber puesto de acuerdo a varias generaciones a la hora de escucharnos”.

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