El yacimiento del Cerro del Villar cambia de dirección y de proyecto

El arqueólogo Eduardo García Alfonso toma el relevo de la catedrática María Eugenia Aubet al frente de las investigaciones · Las actuaciones irán destinadas a consolidar los restos ya descubiertos en la zona

Panorámica del Cerro del Villar, en la desembocadura del Guadalhorce.
Pablo Bujalance / Málaga

16 de septiembre 2008 - 05:00

Bajo la desembocadura del Guadalhorce se esconde, posiblemente, una de las ciudades fenicias más importantes de Occidente, levantada hace 2.800 años sobre un antiguo delta. En los últimos años, y con numerosos retrasos, se han sucedido diversos planes para continuar las excavaciones arqueológicas de la zona, paralizadas desde 2003. Ayer, el delegado provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Francisco López, confirmó que los expertos ya están trabajando "en un nuevo proyecto" de actuaciones que se realizarán bajo la dirección del arqueólogo malagueño Eduardo García Alfonso, quien sucederá al frente de las investigaciones a la catedrática de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona María Eugenia Aubet.

García Alfonso, que ha trabajado junto a Aubet en los yacimientos del Cerro del Villar como codirector desde que la catalana se hiciera cargo del proyecto, fue también responsable del yacimiento romano gaditano de Baelo Claudia (cerca de Tarifa) y es uno de los mayores expertos en la presencia fenicia en el litoral andaluz. Ahora, García Alfonso seguirá con los trabajos en la desembocadura del Guadalhorce sin Aubet, quien ha sido retirada del proyecto después de sufrir una grave enfermedad y una posterior intervención quirúrgica. En noviembre de 2007, la consejera de Cultura, Rosa Torres, anunció la continuación del trabajo de campo cuatro años después de la última campaña, pero los problemas de salud de Aubet (arqueóloga de referencia internacional y responsable de varios yacimientos fenicios en todo el mundo) volvieron a retrasar el proceso. Con el nombramiento de García Alfonso, la Junta espera que los trabajos se agilicen cuanto antes, aunque igualmente tiene la intención de que Aubet continúe vinculada al yacimiento.

De hecho, la catedrática catalana participa actualmente en la redacción de un informe sobre la zona junto a Eduardo García Alfonso que servirá de base a las próximas actuaciones en la zona. Sobre éstas, Francisco López apuntó ayer que las próximas iniciativas irán destinadas "a consolidar los restos ya excavados, que es lo que más urge en este momento", y a impulsar la construcción del futuro Centro de Interpretación, "que acumula ya un importante retraso" y cuya puesta en pie depende todavía, tal y como recordó ayer el delegado, de que la Gerencia municipal de Urbanismo apruebe el Plan Especial que permita a la Junta solicitar la licencia de obras. Así, de momento no está previsto que se retomen las excavaciones, a pesar de que, tal y como el mismo Francisco López explicó el pasado mes de junio, el relevo de María Eugenia Aubet debía producirse "porque necesitamos seguir excavando".

La ciudad que ocupó la desembocadura del Guadalhorce tuvo una existencia corta: fundada en torno al año 800 a.C., fue arrasada por una crecida del río 300 años después. Sin embargo, en tan breve plazo se consolidó una de las colonias fenicias más importantes de la Península, que sirvió de lanzadera a los navegantes del otro extremo del Mediterráneo para intercambiar productos con Tartessos. Pronto, la ciudad que según algunos historiadores pudo ser Mainake creció más allá del delta y se extendió por la costa. Su crecimiento favoreció la creación de unos astilleros y el asentamiento de una población formada no sólo por fenicios, también por griegos y egipcios que buscaban la plata de Tartessos. La deforestación provocó la fatal subida del caudal del río.

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