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La obesidad es el trastorno metabólico más frecuente de la sociedad desarrollada y afecta al veinte por ciento de la población española. Tal y como recoge la Clínica Universidad de Navarra (CUN), puede manifestarse en cualquier etapa de la vida y su prevalencia aumenta progresivamente con la edad. Calcular el índice de masa corporal (IMC) es la forma más práctica de conocer si existe obesidad.
La Sociedad Española de Diabetes (SED), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), con la colaboración de Novo Nordisk, han presentado el I Congreso Virtual de Diabesidad tras cruzar las diferentes estadísticas sobre la prevalencia de diabetes y obesidad. "El once y el doce por ciento de la población española (unos cuatro millones de personas) podría tener diabetes tipo dos y obesidad o sobrepeso", según estimaciones de los expertos reunidos en el Congreso.
La evidencia científica apunta a que, por separado, cada una de las dos patologías es factor de riesgo de complicaciones en pacientes con enfermedad por Covid-19, por lo que la combinación de ambas, lo que se conoce como "diabesidad", implicaría un peor pronóstico y un difícil manejo en caso de contagio. Por ello, los expertos ponen de manifiesto la importancia de que la prevención de la diabetes tipo dos, la de la obesidad y el adecuado abordaje forme parte de las estrategias frente al coronavirus.
Irene Bretón, presidenta de la SEEN, insiste en que "la obesidad es una enfermedad que no siempre se considera como tal tanto para las administraciones como para la ciudadanía. No se ve como una enfermedad devastadora, que aumenta el riesgo de mortalidad y da lugar a múltiples complicaciones, además de un deterioro evidente de la calidad de vida. Hay estudios que observan que las personas con formas graves de obesidad pueden perder entre diez y doce años de vida".
Asimismo, el doctor Francisco Tinahones, presidente de la SEEDO, incide en que la obesidad no es sólo un problema de los adultos. "Cada vez es más frecuente en la población infantil y juvenil. Estamos viendo adolescentes obesos con diabetes tipo dos, algo impensable hace años".
Por su parte, Antonio Pérez, presidente de la SED, pone el acento sobre todo en la obesidad abdominal. "Constituye el principal factor para el desarrollo de la diabetes tipo dos en los sujetos genéticamente predispuestos, y la prevención de la obesidad representa la principal medida en la reducción de la incidencia de la diabetes tipo dos. A pesar de todo, frecuentemente la obesidad no se considera una enfermedad y una de cada dos personas con diabetes está sin diagnosticar".
Y en lo que estas tres sociedades coinciden es en que "es necesario profundizar en la epidemiología y fisiopatología de esta enfermedad para poner en marcha medidas destinadas a su abordaje integral mediante la prevención y el tratamiento, creando protocolos de actuación, guías de práctica clínica y, en definitiva, que las autoridades sanitarias pongan en marcha planes estratégicos efectivos". Es lo que hay. Seguro.
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