Mazazo Errejón sin aviso ni runrún
Emilio Neira
En octubre de 2020, la compañía Hapag-Lloyd regresaba al puerto malagueño. Tras haber incluido Málaga en una línea regular de contenedores entre septiembre de 2018 y abril de 2019, un año más tarde, esta naviera volvía en una ruta denominada Mediterranean Gulf Express; un largo trayecto con inicio y final en Livorno con escalas en: Génova, Barcelona, Valencia, Cartagena de Indias, Kingston, Veracruz, Altamira, Houston, Nueva Orleans, Caucedo, y Valencia donde también se incluía el puerto malacitano. Mantenida esta ruta, en el momento de su presentación se dijo que esta línea podría traer productos subtropicales y carne industrial; unas mercancías que desde Málaga saldrían a diferentes puntos de Andalucía superando incluso los límites de esta comunidad autónoma.
Al hilo de lo que les acabo de contar, hoy quiero contarles la historia de Emilio Neira, lo que hoy denominaríamos un emprendedor. Nacido en 1901 Málaga de padre gallego y madre malagueña, nuestro protagonista, tras cursar estudios de comercio comenzó su vida laboral trabajando en diversas casas consignatarias. Teniendo una muy especial visión de los negocios, con apenas 23 años decidió convertirse en un agente libre; un buscador de mercancías que ofertaba cargas al mejor postor.
A finales de 1926, tras conversaciones con diversos consignatarios malagueños, Emilio preparó un viaje trasatlántico para abrir mercado. Embarcado el 18 de abril de 1927 en el buque de la Compañía Trasatlántica Infanta Isabel de Borbón, nuestro protagonista partió para Buenos Aires para regresar diez meses después con una importante cartera de contactos.
Con la posibilidad de cerrar exportaciones y abrir importaciones, entre estas había una línea de carne transportada en barcos con refrigeración, los consignatarios malacitanos siguieron apoyando a este representante que el 18 de abril de 1927 salía otra vez para Buenos Aires a bordo del mismo buque con el que había realizado su primer salto trasatlántico.
Posicionado en la capital argentina, Emilio Neira nunca más volvió a España, aunque sus gestiones relacionadas con diferentes tránsitos con el puerto malagueño se mantuvieron activas hasta el inicio de la Guerra Civil.
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