Halloween portuario

Desde que los muelles uno y dos se empezaron a emplear para usos ciudadanos, mucho antes de que existiera la marina de megayates, la celebración de la festividad de Halloween ha estado muy presente en estos espacios. Convertidos el Palmeral de las Sorpresas y el centro comercial ubicado en el muelle de Ricardo Gross en unas coloristas pasarelas familiares donde los disfraces toman protagonismo, hoy les reseñaré dos penosas circunstancias que ocurrieron en estos lugares durante Halloween, a si lo prefieren, durante la noche de brujas, la víspera de los difuntos o todos los santos o la noche de los muertos.

Corría el año 2011 cuando un grupo de jóvenes, todos ellos ataviados con los disfraces propios de esta fiesta, saltaban sobre la golondrina La Pinta atracada en el muelle número dos. Alertada la policía portuaria del abordaje nocturno, los disfrazados fueron desalojados aludiendo que sólo se habían subido para hacerse unas fotos.

Pasando de puntillas por aquel acto que podría haber supuesto un serio problema para aquellos jóvenes, ahora les contaré ahora un Halloween que pasará a la historia del puerto de Málaga.

Con el fin de publicitarse y atraer a mucho más público, los responsables del centro comercial situado en el muelle de Ricardo Gross decidieron festejar una noche de brujas de que tuviera como reclamo principal la capilla del puerto. A tal efecto y con todas las autorizaciones necesarias, en la jornada del 29 de octubre de 2021 comenzaba la decoración de este histórico edificio; un engalanado que se completó la mañana del domingo 31 de octubre.

Luciendo todos los iconos propios de esta fiesta, el segundo monumento en antigüedad dentro del recinto portuario malacitano mostró telas de araña, murciélagos y esqueletos fijados a las centenarias piedras de este edificio con cuñas y astillas de madera amén de presillas de plástico. Una perfecta decoración que sirvió para atraer a mucha gente y que mostró cómo se puede vulnerar un monumento histórico en aras de unos determinados intereses. Un evento para olvidar que constituye uno de los más vergonzosos acontecimientos que se han podido ver dentro del recinto portuario malagueño en las últimas décadas.