Gumersindo Ruiz

Medio ambiente, a cada uno su responsabilidad

Tribuna Económica

12 de diciembre 2023 - 00:30

Era ingenuo pensar que de la Conferencia de las Partes iban a salir acuerdos definitivos sobre reducción de energías fósiles, pero se han tratado temas sustanciales entre los que están los siguientes. Primero, en la Global Decarbonization Aceleration 118 países se adhieren a la iniciativa que defendió el presidente del Gobierno de España para triplicar renovables y duplicar su eficiencia. Segundo, dentro de la Hydrogen Declaration of Intention, 39 países se comprometen a seguir estándares de certificación para descarbonizar. Tercero, 60 países se adhieren al Global Cooling Pledge para la reducción de emisiones por refrigeración, en España se limitaron las temperaturas en espacios públicos y fue ridiculizado, pero ahora se cumple con generalidad. Cuarto, La O&G Decarbonization Charter, donde 50 compañías con el 40% de la producción de petróleo y gas del mundo, abordan la reducción de metano, que afecta a agricultura y ganadería principalmente. Quinto, nuevos países, entre ellos Estados Unidos, se incorporan al Powering Pact Coal Alliance para reducir producción y consumo de carbón. Sexto, la Coal to Clean Credit Iniciative, toca tímidamente el ineficiente sistema de financiación, con crédito para cerrar plantas de carbón en Asia y África. Séptimo, 22 países se proponen triplicar la capacidad nuclear para 2050, que ahora es el 10% de la generación total; con la posibilidad de las minicentrales, es una energía limpia que no hay que descartar. Y octavo, la Utilities for Net Zero Alliance, agrupa a 25 compañías, entre ellas E.ON e Iberdrola, que invierten en infraestructura de red, y doblan con 630 millones anuales sus programas de cero emisiones.

Todo lo anterior lleva a considerar que en la COP 28 ha habido iniciativas valiosas, pero hay que contar con los intereses y posiciones que cada uno defiende, y las compañías petrolíferas van a seguir expandiendo su producción participando también en las renovables. En la vida hay que jugar con las bazas que se tienen, y al menos está claro que no pueden ignorarse las iniciativas medioambientales, y mucho menos ir a la contra. Por eso no acabo de creer que algunas comunidades en España, entre ellas Andalucía, envíen una comunicación a quienes han instalado placas solares, diciéndoles que se han agotado las subvenciones; y al mismo tiempo, se queden sin asignar 300 millones de euros disponibles de la ampliación que hace el gobierno de España en octubre, porque algunas comunidades dicen que encuentran complicados los trámites. Dos ideas surgen; una, que es ridículo argumentar que una comunidad autónoma no dispone de políticos y funcionarios preparados para tramitar subvenciones, que han de tener las garantías que exige Europa para evitar desvíos; y otra, que deslegitima a quien mantiene que otras comunidades autónomas se benefician en el reparto de fondos, cuando uno no es capaz de acceder a los que hay disponibles. No creo que sea algo ideológico, sino que tiene que ver con la cultura del esfuerzo público, y me recuerda a Sherlock Holmes cuando decía: “No, no estoy cansado. Tengo una curiosa constitución, y no recuerdo sentirme cansado por el trabajo, aunque sí completamente exhausto por la pereza”.

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