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Antes llamada psicosis maníacodepresiva, el trastorno bipolar se caracteriza por una alteración del estado de ánimo. Es una enfermedad crónica y recurrente que se manifiesta principalmente por episodios alternantes de sintomatología depresiva (episodios depresivos) y periodos de exaltación del humor e incremento de la vitalidad (episodios maníacos o hipomaníacos). España, con cerca de un millón de personas afectadas, es líder en número de pacientes, aunque solo están diagnosticados 300.000. Uno de los problemas es que en el 40% de los casos el paciente desconoce que sufre trastorno bipolar o es diagnosticado erróneamente. Además, en nuestro país los pacientes tardan en ser diagnosticados unos cinco años de media.
La Dra. Pilar Sierra, doctora en Medicina que realizó la especialidad en Psiquiatría en el Hospital de la Fe de Valencia, explica que algunas veces se confunde con esquizofrenia, trastornos de la personalidad y de la conducta o con problemas relacionados con drogas o alcohol. "Esta dolencia afecta por igual a hombres y mujeres y suele aparecer en el inicio de la edad adulta", destaca la experta. Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar, pero este puede implicar varios factores, entre ellos las diferencias biológicas, las personas con trastorno bipolar tienen cambios físicos en el cerebro; y, por otro lado, la genética, ya que es más frecuente en personas que tienen un familiar de primer grado con esta enfermedad.
En cuanto al diagnóstico de la enfermedad, se basa en la evaluación clínica por parte del especialista en Psiquiatría. Presenta síntomas y signos bastante característicos, lo que hace que no sea necesario, en muchos casos, realizar ninguna otra prueba diagnóstica.
Aunque en la actualidad el trastorno bipolar no tiene cura, existen tratamientos específicos cuyo objetivo es controlar la enfermedad en su aspecto de recurrencia, intentando mejorar y prevenir los episodios maníacos y depresivos y mejorar también la cronicidad, intentando que la evolución a largo plazo sea lo mejor posible.
"El tratamiento se basará en el uso de fármacos, psicoeducación y psicoterapia en la que se ayuda al paciente a conocer aspectos de la forma de trastorno bipolar que presenta y cómo le afecta a cada persona en concreto", destaca la experta. Si no se trata, el trastorno bipolar puede provocar problemas graves que afectan todos los aspectos de la vida como problemas relacionados con el consumo de alcohol; suicidio o intentos de suicidio; relaciones dañadas o desempeño deficiente en el trabajo.
Unas medidas de estilo de vida saludable como regularidad en el horario, cuidar las horas de sueño, evitar el consumo de drogas y realizar ejercicio físico, ayudan a prevenir y controlar la sintomatología. "Gracias a un buen diagnóstico y los tratamientos adecuados, se puede llevar una vida normal", comenta la psiquiatra. En cuanto a los retos que supone esta enfermedad, "lograr una detección correcta y precoz y luchar contra la estigmatización son los desafíos que afrontan tanto los profesionales como los afectados de trastorno bipolar", concluye la Dra. Sierra. Es lo que hay. Seguro.
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