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Joaquín Aurioles
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Convendrán conmigo que poder subirse a un barco y visitarlo suscita una muy agradable sensación; una impresión que combina la aventura y la intriga por descubrir algo que no se conoce y que a priori tiene mucho de atractivo. Olvidando las sensaciones de mareo que muchos temen incluso en un buque amarrado al muelle, hoy les reseñaré un par de momentos que, vividos en primera persona, ratifican mi idea de que, cuando un barco abre sus puertas en Málaga muchas personas acuden prestas a visitarlo.
Teniendo en cuenta que casi los únicos buques que suelen aceptar invitados son los militares, sirvan estos dos ejemplos para mostrar que los malagueños y los que aquí residen tienen muchas ganas de ver barcos.
Efectuando una larga vuelta al mundo de 11 meses, hace unos días visitaba las aguas del puerto malacitano el buque de la marina militar peruana B.A.P. Unión. Mostrando su vistoso aparejo engalanado con luces y banderas, este velero de cuatro mástiles, apenas un par de horas después de su atraque frente al Palmeral de las Sorpresas abría sus puertas para que todo el que lo deseara pudiera conocerlo. Mantenida esta posibilidad durante cuatro días ofertando siete horas de visita por jornada, el Unión, al finalizar su escala en el puerto de Málaga había recibido a 12.000 visitantes; unos invitados que pacientemente formaron largas filas esperando su turno para subir a bordo de este barco de vela.
Reseñado este momento, otro en el que se pudieron ver grandes colas de personas en los muelles malagueños para disfrutar de un embarque momentáneo ocurrió entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 2018, fechas en las Armada española trajo a Málaga a su submarino Mistral S-73. Atracado en el muelle número dos, ni la lluvia con la que se abrieron las jornadas de puertas abiertas asustó a los visitantes que quisieron verlo por dentro; unos recorridos que obligaron a los mandos del submarino a tener que ampliar los horarios de las visitas para no dejar a nadie sin el disfrute de vivir aquella experiencia.
Dos ejemplos, quizás los más multitudinarios en los últimos años que demuestran a las claras lo que de exitoso tienen las visitas a los barcos en el puerto de Málaga.
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