Esa diva

La nueva versión de Esa diva, con un videoclip donde Melody parece invocar a la chipriota Eleni Foureira, se ha pensado a corto plazo para mejorar en las casas de apuestas, reaccionar ante unas expectativas poco halagüeñas y encomendarse al gran público, al televotante, de cara a la actuación en Eurovisión. Mas melody. Más electrónico. Más canalla. Para gustar a los heterosexuales. No es una desacertada fórmula para hacer que la gente llame al móvil para que vote por un país extranjero. Habrá que verla pero tememos que llegamos tarde.

Tras la victoria en Benidorm Esa diva ha llegado a ser antepenúltima, 35 de 37 participantes, el peor pronóstico de una candidatura española en la historia reciente. En este caso no es que el número estuviera cerrado sino que se ha creado esa nueva versión estrenada el jueves y para Basilea se cambiará toda la coreografía y los bailarines integrantes del número (se incorporan mujeres).

Esta extrema rectificación de la representación española en Eurovisión 2025 ha originado división de opiniones en todo momento. Las críticas contra Melody apuntaban que su canción sonaba anticuada y que faltaba brillantez y originalidad. También las casas de apuestas observaban el vídeo viral de semifinales donde la cantante desafinaba en su momento cúspide. Sus fieles apelan al potencial de la de Dos Hermanas y ha ganado para la causa a detractores tras la nueva versión.

El tono de la canción mejora, escapa del estilo anterior y se lleva a una solemnidad épica, sinfónica, donde los momentos de guitarra y castañuelas, la evocación española, más bien flamenca, abre y cierra y aparecen en momentos subrayados del compás electrónico. La voz de Melody, más modulada en interpretación, suena editada de forma aguda (por momentos parece Amaia Montero) y el momento cima de voz se orienta a deslumbrar a los espectadores en un instante álgido, tipo el de Pastora Soler con Quédate conmigo. De todas formas el Top Ten está complicado.