Felipe Romera

"Su figura nunca pasaba desapercibida"

03 de mayo 2018 - 02:04

Vino a Málaga desde el levante mediterráneo donde fundó ateneos y asociaciones sin ánimo de lucro. Su figura nunca pasaba desapercibida y siempre llamaba la atención por sus largas patillas al modelo de los bandoleros andaluces. Todos los días despertaba a la ciudad de Málaga correteando por sus calles vacías como corredor de fondo que lo era. Fue el primer presidente del Consejo Social de la Universidad de Málaga, allí lo conocí y me nombró secretario de ese órgano universitario. Desde el Consejo Social se dieron los primeros pasos para consolidar la creación del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y alborotó lo suficiente al alcalde de Málaga, Pedro Aparicio, y a mí mismo para que me animara a desarrollar el PTA y lo consiguió. Fue el verdadero animador del sistema de innovación malagueño, cuando éste apenas residía en las multinacionales locales. Animó a los jóvenes ingenieros del grupo de Investigación y Desarrollo de Secoinsa, luego Fujitsu España, para que participaran en el desarrollo del entorno tecnológico local y también lo consiguió.

Creó ASIT, Asociación al Servicio de la Investigación y la Tecnología, para construir nuevos proyectos alrededor del PTA y desde allí se desarrollaron las I Jornadas de Difusión Tecnológica que fue el primer foro de encuentro del PTA con la ciudad de Málaga. Pepe fue decisivo en la creación de CETECOM, luego AT4 Wireless y ahora DEKRA, y participó en su consejo de administración durante los primeros años. Consiguió financiación para construir la red de telecomunicaciones del PTA que supuso el primer gran contrato de Ingenia y su consolidación como empresa. Todos aprendimos de él. Entre sus virtudes destacaban la constancia y la estrategia. Cuando perdíamos algún proyecto nunca se desanimaba, nos comentaba que había que perder para ganar o como el decía de derrota en derrota hasta la victoria final. Así nos animaba en una estrategia que parecía de proyectos imposibles. Representaba una excelente guía cuando estábamos desorientados. Su generosidad nos enseñó a todos a ser más grandes y siempre buscó metas inalcanzables que pudimos conseguir. Ha sido una de las mayores referencias de la IASP, la Asociación Internacional de Parques Tecnológicos y Áreas de Innovación. Fue clave para que la IASP se instalara en 1996 en Málaga y en las conferencias internacionales de la Asociación fue siempre amigo de los novatos y el maestro de ceremonias que los introducía entre los miembros de la IASP. Fue nombrado en Bérgamo miembro de honor de la IASP, galardón que sólo poseen cuatro personas en el mundo. Cuando el Parque despegó se fue a la Palmilla, allí quería crear un barrio del conocimiento y su ilusión fue dar oportunidades a los más necesitados. Durante muchos años en la Palmilla creó muchos puestos de trabajo con sus programas de inserción laboral. Su empeño siempre fue trabajar con los más desfavorecidos. Pepe se nos ha ido pero parte de su alma está en todo el mundo, en Senegal, en China, en Brasil … y en la multitud de amigos que le reconocen y siempre se acordarán de él como nosotros lo hacemos ahora, desde Málaga.

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