Mazazo Errejón sin aviso ni runrún
Un final de año complicado para los mercados
La guerra entre Israel y Hamas ha añadido un nuevo factor de incertidumbre a los mercados que se ha traducido en un importante aumento de la volatilidad. El temor a que el conflicto pueda convertirse en una crisis de alcance regional con consecuencias para los mercados energéticos ha desestabilizado a los mercados. En este contexto, los inversores no han podido encontrar refugio en los mercados de bonos, el tradicional activo refugio en episodios de corrección de las bolsas. Pese a que los bancos centrales han señalado una pausa en los procesos de subidas de tipos, la rentabilidad de los bonos ha seguido subiendo, superando la cota del 5% en EEUU o del 4% en España. En consecuencia, los precios de los bonos y las acciones están cayendo de forma simultánea en las últimas semanas, reduciendo de forma significativa las ganancias acumuladas en el año de una cartera diversificada entre renta fija y renta variable.
La parte positiva para un inversor enfocado al lago plazo es que las expectativas de rentabilidad para los próximos años se han elevado, gracias fundamentalmente a los altos tipos de interés actuales. Así, la rentabilidad esperada a largo plazo de una cartera diversificada de bonos globales puede ser actualmente del orden del 4,5% anual, mientras que una cartera de acciones tendría un retorno esperado de en torno a un 7% anual. En consecuencia, un inversor puede construir actualmente una cartera diversificada con un nivel de riesgo moderado y unas expectativas de rentabilidad atractivas, que permiten superar ampliamente la pérdida de valor por la inflación esperada en los próximos años.
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