La parrilla infinita

El Festival ha crecido exponencialmente, y la parrilla de la programación con las actividades previstas para la prensa lo ha hecho en el mismo sentido. Cuando a la caída de la tarde recibimos la agenda con los horarios del día siguiente quedamos petrificados. Cuando uno se siente abrumado tiende al inmovilismo. Pero a fuerza de experiencia vamos tomando confianza y viendo esos folios pautados más como una guía que nos ayuda a caminar por los intrincados caminos del bosque festivalero que como un laberinto insalvable en el que resulta imposible visitar todos sus rincones. De eso se trata, de elegir. Acertando a veces, errando otras.

Podemos trazar rutas, tener intuiciones, pero será difícil el mapa del festival perfecto puesto que, desde hace bastantes ediciones, no existe un solo festival, sino que afortunadamente hay un festival a la medida de cada espectador y de cada acreditado. Los valores seguros los encontramos casi siempre en la sección oficial, y en invitados como Miguel Rellán, que a sus y tantos años está más que inspirado. En la rueda de prensa de ‘La buena suerte’ de Gracia Querejeta ofreció algunas de las mejores perlas de la edición: todo un modelo de saber estar ante un escenario. Incluso le dijo a Méndez Leite que leía casi tanto como él. Pero a todos se nos escapan rincones, sucesos que pueden estar ocurriendo a cada momento en cualquier actividad, en las mesas redondas que tienen lugar en la Villa del Mar, en el Mafiz o en todos los actos que incluyen las parrillas. Unas parrillas de programación que durante las ediciones de la primera década cabía en un folio, con la letra grande y espaciosa, y todavía sobraba espacio. Cómo hemos cambiado.