30 de junio 2024 - 03:07

Sostiene Luis Tejedor, profesor de la Escuela de Arquitectura de Málaga, que la modernidad es una categoría suprahistórica. Más que de un término con el que designar un intervalo histórico, un adjetivo que califica a unas obras cuyas innovaciones se mantienen vigentes más allá de la época en la que se construyen. Esto le ocurre a la arquitectura de Fernando Guerrero Strachan y es el principal valor a reivindicar por el ciclo de actividades que presentó el Colegio de Arquitectos el pasado jueves en el Salón de los Espejos de la casona municipal. Obra de este arquitecto junto a Manuel Rivera Vera. Una arquitectura ecléctica con la que configuró la ciudad moderna que, en los comienzos del siglo pasado, aspiraba a salir de la crisis en la que se vio sumida en la segunda mitad del XIX. Una arquitectura que, bajo un formalismo que adopta los más diversos estilos históricos arquitectónicos, en muchos casos combinados en la misma obra con una maestría que invita a creer que se trata de una mezcolanza natural, introduce ideas innovadoras y programas funcionales novedosos.

Arquitecto diocesano, municipal, de Diputación y la Cámara de la Propiedad, practicó el ejercicio libre de la profesión llegando a ser miembro de la Academia Provincial de Bellas Artes. Quizás solo le faltó ser arquitecto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, pero prefirió renunciar al puesto antes de no desempeñarlo dignamente. En compensación, fue alcalde de la ciudad durante dos años, cargo en el que le sorprendió la muerte a los 50 años de edad.

100 años de la casa de los arquitectos es el nombre bajo el que el Colegio de Arquitectos conmemora la construcción de su actual sede. Salvada en 1980 de convertirse en un conjunto residencial más de los que pueblan el Limonar. 100 años de la casa de los arquitectos es un conjunto de conferencias, visitas, encuentros y el desarrollo de una página web en la que queda recogida su obra. Pero, sobre todo, es la oportunidad de reivindicar la figura de un hijo de esta ciudad, que supo ser testigo de la época que le toco vivir y ayudó a transformarla en una ciudad moderna. Una oportunidad de aprender un poco más de nuestra historia y descubrir que debajo de una panoplia de molduras, arcos, columnas y capiteles, la arquitectura solo es buena si tras ella se esconden programas funcionales, espacios y relaciones visuales que la hacen imperecedera.

stats