La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
La trascendencia que la universidad tiene para el desarrollo de los territorios es más que patente. Desde su nacimiento, hace ya más de mil años, ha evolucionado hasta convertirse en motor de transmisión del conocimiento y de la investigación, siendo hoy la cuna de las artes y las ciencias. Málaga impulsó con ahínco, en las postrimerías de la dictadura, la implantación de lo que actualmente es una Universidad de vanguardia con algunas de sus disciplinas situadas entre las mejores del mundo. Es una gran responsabilidad para los que la formamos hacerla crecer, mejorarla y transferir todo su saber a la ciudadanía.
Durante estos años sus procedimientos electorales se han adaptado para lograr la máxima participación de los votantes. Para los que creemos profundamente en la democracia, tener un sistema de elección de doble vuelta es un logro sin precedentes. A diferencia de los procesos políticos donde, tras la participación de los votantes, los acuerdos de gobierno se fraguan mediante el reparto de sillones, el procedimiento de la universidad permite que siempre sean los votantes los que decidan quienes coordinarán la institución. Incorporar el uso del voto telemático, buscar apoyos o presentar programas en entornos jóvenes, donde las redes sociales están cada día más presentes, son nuevas formas que reflejan el avance de la información y las nuevas concepciones en un mundo cambiante.
De ahí que a veces se quiera trasladar las estrategias propias de los partidos políticos a instituciones para los que éstos no están acostumbrados. Y se nota porque todo el trabajo académico se intenta retorcer mediante bulos, cotilleos o postureos. Pero ese esfuerzo en balde tiene una trascendencia ínfima para tan excesivos costes. Porque al final el mundo universitario debe organizarse valorando en cada candidatura la presencia de buenos docentes, la profesionalidad de su personal técnico, la trascendencia de sus investigadores y el impulso de los jóvenes estudiantes que las componen.
Por tanto, mañana será un interesante día para la universidad malagueña, donde sus integrantes decidirán finalmente que modelo quieren para su futuro. El nivel de transferencia e investigación desarrollado desde la Academia han hecho de nuestra provincia un polo tecnológico, turístico y económico de primer nivel y ese ritmo debe seguir su marcha. Así que, manos a la obra, y mucha suerte a la UMA.
También te puede interesar
La Rayuela
Lola Quero
Nadal ya no es de este tiempo
El duende del Realejo
Las tormentas de Valencia
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
La confianza está rota
Envío
Rafael Sánchez Saus
José Antonio y Franco
Lo último