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El discurso a sus diputados aplaudidores Sánchez unificó al PP y Vox como una idéntica “extrema derecha y derecha extrema” que va “a tratar de crispar hasta límites insospechados para que no se escuchen los argumentos” sirviéndose de “su posición de dominio en las grandes empresas y medios de comunicación”. Incluso –dijo– “hablarán de pucherazo y que hay que detenerme como responsable” comparando el PP y Vox –siempre unidos como lo mismo– con “sus maestros norteamericanos” que “lanzaron a una turba enloquecida al Capitolio para denunciar un falso pucherazo”.
Según él los electores no van a elegir entre PP, PSOE, Vox, Unidas Podemos u otros partidos, sino entre Sánchez y la democracia. Tendrán que decidir si quieren “un presidente como Biden o uno al lado de Trump y Bolsonaro”. No es fácil imaginarse a Feijóo animando a los militantes y votantes del PP a asaltar el Congreso con gorros de bisonte. Resulta que en este país solo la izquierda antisistema ha cercado el Parlament, obligando a Artur Mas a ir al hemiciclo en helicóptero y agrediendo a los parlamentarios o ha convocado cercos al Congreso con la consigna “Ocupa el Congreso” después cambiada a “Rodea el Congreso” o “Asedia el Congreso”. Y que el argumentario de Sánchez es paradójicamente trumpiano, como señaló Alsina a la portavoz del Gobierno: “A quien le hemos escuchado echarles la culpa a los medios de comunicación de su situación es a Trump, un poco en la línea del presidente, quien le echaba la culpa a algunos medios de comunicación de que la gente esté mal informada. A quien hemos escuchado atribuir que los votantes del adversario están mal informados es a Trump. A quien hemos escuchado decir me quieren detener es a Trump… El presidente utilizó un montón de argumentos que son de Trump a la vez que denunciaba qué es el trumpismo al que quiere frenar”.
Es grave descalificar como “extrema derecha y derecha extrema” a los millones de ciudadanos que en las municipales han dado la victoria al PP en 27 capitales y en las autonómicas en Cantabria, La Rioja, Navarra, Aragón, Madrid, Comunidad Valenciana, Baleares, Murcia, Ceuta y Melilla, mientras el PSOE solo lo ha ganado en 14 capitales y Extremadura, Canarias, Castilla-La Mancha y Asturias. Grave y dudosamente democrático. Peligrosa deriva embustera y radical para su personal salvación ha escogido el presidente.
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