Garantizar con seguridad

Málaga se merece un estadio de primera, pero tiene un equipo con unas finanzas de no se sabe qué categoría

09 de junio 2024 - 00:30

Hágase la luz. Aunque al final sea para no verlo claro, que no hay mal que por bien no venga. El alcalde de Málaga no puede “garantizar con seguridad” que la ciudad sea sede del mundial de fútbol de 2030. Lo dice con honestidad, aunque la expresión en sí sea una redundante contradicción. Garantizar es dar seguridad y se garantiza o no se garantiza. Y a día de hoy, no se hace. Que es el paso previo para reconocer que no se hará.

En diciembre del 2023, la obra de remodelación del campo se valoraba en 110 millones de euros. El coste que anteayer se recogía junto a las impresiones del alcalde ya es casi el triple y se acerca a los 300. Málaga se merece un estadio de primera, pero tiene un equipo de tercera con unas finanzas de no se sabe qué categoría y una afición que rara vez ha alcanzado los 45.000 espectadores. La ambiciosa remodelación del estadio necesita de unos inversores privados a los que los dos partidos como subsede del Mundial no le suponen nada en sus cuentas. Como tampoco le supone mucho a una ciudad que no necesita de más ayuda para que no le quepa un turista más. Y todo esto hay que resolverlo a uña de caballo, condicionados por unos plazos en los que deberemos modificar el Plan General, cambiar de sitio el instituto Guadalmedina, buscar la necesaria inversión privada (no creo que las cuentas del club estén para grandes dispendios), hacer el proyecto y la obra. Amén de resolver ciertos problemas de acceso al campo. Como afirma el alcalde, no se puede garantizar con seguridad.

El problema de comprarse un Mercedes no es comprarlo, es mantenerlo. Pagar el taller. Y por supuesto que nos lo merecemos todos. Lo que se discute es si nos lo podemos permitir. Repetir hasta la saciedad que la ciudad se lo merece no es más que tratarla como a un niño malcriado. ¿Un campo de fútbol nuevo? No. Además, con techo y césped retráctil horizontal. Como los clubs ingleses, que no somos menos. Y si la inversión privada no llega, será la pública y tendremos que preguntarnos si esto es lo que más necesita el crío. Con seguridad, una inversión mayor que las cifras que se han barajado para arreglar el cauce del Guadalmedina –con la trascendencia que esto tendría para todos los barrios colindantes– y algo menos de la que se ha considerado para soterrar el tráfico a lo largo de toda la fachada del puerto. Con seguridad, habrá que conocer las cuentas de las tres administraciones.

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