Historia de un despropósito

Las negociaciones entre Sumar y Podemos podrían entrar como ejemplo de lo que nunca se debe hacer

11 de junio 2023 - 00:45

Posiblemente, las negociaciones entre Podemos y Sumar para conseguir una candidatura común para las elecciones generales figurarán como ejemplo de lo que nunca se debe hacer en el manual sobre pactos políticos. Sería una equivocación cargar toda la responsabilidad de los aspectos negativos a una de las fuerzas políticas cuando en los errores lo han cometido ambas partes. Fue un desacierto la decisión de Sumar de ir aplazando la formalización de las negociaciones, dando por hecho que su propuesta de unidad tendría que ser aceptada por las demás organizaciones, creyéndose la única tabla de salvación para todo el espacio político a la izquierda del PSOE. Probablemente, era hábil tácticamente esperar los resultados de las elecciones municipales para debilitar a su futuro socio, pero estratégicamente era un planteamiento peligroso, porque ponía en primer plano las diferencias entre ellos, en lugar de las afinidades. La imagen de la principal dirigente del movimiento Sumar apoyando por la mañana una candidatura y por la tarde la contraria, cuando se estaban disputando el mismo espacio en el mismo territorio, no deja de pertenecer al mundo del surrealismo político. El tacticismo del aplazamiento pretendía más el debilitamiento del futuro socio que la búsqueda de un acuerdo político solvente.

Con este planteamiento, las secuencias posteriores de ataques, reproches y descalificaciones son el reflejo del principal contenido en el que se convirtió la negociación, que no era otro que el reparto de puestos en las listas. La última pregunta lanzada por la dirección de Podemos a sus inscritos no deja de ser también una decisión confusa, absurda y sin horizonte que creó estupor en cualquiera que haya intentado seguir estas descarnadas negociaciones. Si esa consulta era necesaria, qué sentido tiene las conversaciones llevadas hasta ese momento y, sobre todo, qué era exactamente lo que votaron las bases de ese partido cuando mayoritariamente se inclinaron por el sí sin conocer el contenido del acuerdo

Como colofón a este despropósito, llega el anuncio de Podemos de participar en el acuerdo, que incomprensiblemente parece más una declaración de guerra con críticas al fondo y la forma de todo lo acordado. Si la intención de estas negociaciones era la unión de la izquierda y la movilización de su electorado, se puede decir que lo conseguido ha sido justamente lo contrario y esta operación de sumar se ha convertido en una resta.

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