Homenaje

En los primeros años 90 para entrar en el PTA se tenía que parar en la garita y valla levadiza que aún perdura

16 de junio 2024 - 00:15

Antes todo eso era campo. El PTA de las atracciones surgió como respuesta a la Expo 92 sevillana en la que se inventó la unidad económico-pufera del pellón. También fruto de la reubicación de las cabezas pensantes de un legendario departamento de I+D, y una colaboración umita e institucional con inusitado entusiasmo. La relación de Cenacheriland de la tecnología de las comunicaciones tiene sus hitos: en 1921 Italcable conectaba por telégrafo Europa con América desde Málaga. Desde 1964 hasta 1989 la fábrica martirica de Citesa llegó a emplear 2.500 operarios que realizaron modelos de teléfono míticos como el góndola de marcaje a disco o la serie abotonada del Teide. Llegaron profesionales talentosos de provisional paso que emparejaron acá. A falta de grandes nóminas y esperanzas, se espetaron un buen pasar. En el embrión de la tecnópolis de Campanillas aquello parecía un desarrollo inmobiliario normal, pero hiperconectado con fibra óptica. Acogían a todo tipo de negocios además de los alcateles de la vida e isofotones de pie quebrado, también vimos factorías de helados, carpinterías de aluminio…entre empresas desarrolladoras de software, incubadoras y ciberseguridad de oro. En los primeros años 90 para entrar en el PTA se tenía que parar en la garita y valla levadiza que aún perdura. Para acceder a este políngano tan moderno, planificado entonces para 5.000 personas, era preciso proporcionar la matrícula del vehículo y facilitar la identificación de los visitantes por fax con días de antelación, lo del D.N.I. y tal. Protocolo en plan Area 51. De eso ya pocos se acuerdan o quieren recordar que ETA mataba. Con mucha ligereza hemos olvidado que los terroristas estallaban ruina donde les salía de la maldad. Había demasiado atentado de amargante primera plana. Estos recuerdos peregrinaban por mi calavera durante el homenaje a Felipe Romera, director del PTA, en la entrega del V Premios Reconocimiento Andaluz del Grupo Joly, el pasado martes 11 de junio. En una ráfaga paranoica pensé que, si en ese instante allí sucedía algo chungo, descabezaban todo el ecosistema tecnológico de Cenacheriland. Nos quedabamos en subcero. Los protagonistas de todas las gacetillas y reseñas linkedianas de tanta fama, empleo, estaban allá en el homenaje a Romera. El actual Málaga TechPark ronda las 687 firmas y 25.000 almas redondas sin un metro que echarse a la parada y por fin ha dejado de ser un reclamo, oferta baratera de ingenieros al peso y a granel.

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