La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Los nuevos tiempos
Hay una uniformidad espantosa instalada en la izquierda que les incita a ser pensados desde el poder. Con el tema de esta amnistía oportunista es más que patente que decirse de izquierdas y adoptar el pensamiento borreguil se han vuelto uno. El pánico a que les tilden de derechones les paraliza. Con tal de librarse de esa etiqueta maldita abrazan lo que les echen.
Es un hacerse el ciego digno de estudio. Gente que hace nada te decía que Puigdemont era un prófugo y los suyos unos forajidos que se saltaron la Constitución, un mes después afirman todo lo contrario. La verdad se les ha revelado. Podría ser que se lo hubieran pensado mejor pero va a ser que no. Solo repiten la consigna del jefe sin rubor alguno. Es preocupante. Porque si mañana el líder decide amnistiar a todos los condenados por los ERES fraudulentos pues harían igual. Que por la paz social, que por mirar hacia adelante y tal y tal. La voz de su amo, ya se ve.
Pero lo pagan en descrédito. El oportunismo de su líder les da igual; lo que la ley diga, menos les importa incluso; como pasar por depender una legislatura entera de los votos volátiles de un grupo independentista de la derecha más rancia catalana. El amado líder cambia de opinión y ellos sí bwana.
Preocupa mucho más que el conflicto institucional generado con jueces y Senado esta falta de debate, de voz propia, de memoria y, peor aún, esta actitud veleta con tintes norcoreanos en que les sobra esta Constitución, la monarquía entera, la derecha, la judicatura en pleno y de aquí a poco y a este paso el mismo pueblo español. Dame pan y dime tonto parece la consigna y todos la cumplen a rajatabla.
Hasta los mismos ‘indepes’ lo flipan. Debe darles hasta risa ver a los ministros acudir adonde ellos digan y cambiar todo lo que les disturbe. Hoy es una amnistía, mañana será un referéndum y pasado cederles una parte del ejército. Lo que los señoritos pidan.
Sin embargo, algunos, pocos, prefieren la coherencia de una conciencia limpia. Antonio Resines, Felipe González, Guerra y algunos valientes abren la boca frente a la dictadura de partido para decir lo que tantos pensamos. Que mejor no gobernar si el precio es ser un vende patrias; que demasiado caro este gobierno; que demasiada vergüenza arrodillar a todo un Estado.
Y es que hasta si eres de izquierdas puede que seas capaz de verlo.
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