Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Los grandes estrategas
Crónicas levantiscas
Al PP le va la marcha, nos cuenta Isabel Díaz Ayuso (IDA). En cualquier otra comunidad donde los populares hubiesen obtenido una victoria tan amplia como la suya, la presidenta también lo sería del partido. Pero Génova no le deja, resulta tan evidente que IDA y Miguel Ángel Rodríguez (MAR) aspiran a liderar el partido a nivel nacional que Pablo Casado y Teodoro García Egea prefieren prefieren acogotarla junto al tronco del madroño. En el PP andaluz respiran, Génova tiene un problema acorde con sus dimensiones y no la minucia de quién es la presidenta del partido en la provincia de Sevilla. Juanma Moreno, que siempre se refleja en Alberto Núñez Feijóo, ha adelantado el congreso del PP andaluz. Cuando la marcha haga hervir al partido, Moreno habrá sido reelegido presidente del partido en Andalucía e irá al congreso nacional sin sobresaltos.
Díaz Ayuso es hija de Esperanza Aguirre, y hasta hay quien, en un delirio de ayusismo, la ha llegado a comparar con Margaret Thacher. Quien ha establecido el parecido no ha leído Mis años en Downing Street, una de las mejores autobiografías firmadas por un dirigente político. Antes de ejercer como abogada, Thacher se licenció en Química y se especializó en cristalografía de rayos X. Casi como Merkel, que era física, pero realizó su tesis sobre química cuántica. Díaz Ayuso fue becaria en un digital y, en el PP de Madrid, llevaba las cuentas de algunos perfiles en redes, entre ellos, el de un perrito de Esperanza Aguirre.
Y este demérito profesional no le resta su importancia política, sabe liderar un liberalismo cheli que está más inspirado en la caña y el pincho que en la escuela de Chicago, ha cercado a Vox en dos manzanas del barrio de Salamanca y ha liquidado a los naranjas. Cuanto menos merece un respeto, pero de ahí a pensar que el fenómeno Ayuso es exportable al resto de España va una era geológica. Esperanza Aguirre también lo intentó, arreó a Rajoy con toda su Brunete contra el gallego y, si se salvó, fue porque Javier Arenas contraataco con inteligencia.
Juanma Moreno es un hombre tranquilo, se ha fijado en que Núñez Feijóo ya ha celebrado su congreso regional, y él se dispone a festejar el suyo antes de que finalice 2021. En el anterior, que se celebró en Málaga, uno de los actuantes proclamó que ese sería el último al que Moreno iría como jefe de la oposición, que el siguiente ya sería presidente de la Junta y, la verdad, no se lo creyó nadie. Atención a Moreno, que habrá quien comience a calentarle los oídos con planes nacionales para salvar al partido y al país. Presidente: recuerde a Susana Díaz.
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