La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Crónica personal
Como le ha dicho Alsina a la hora de la despedida, Ónega se corta la coleta, cuelga las botas. Una decisión personal, meditada y que afecta sustancialmente a su participación en la radio, el medio de comunicación más exigente, más intenso, porque no respeta días y horas, siempre a plena disposición. Es por eso también el medio más apasionante, que obliga a estar permanentemente al pie del cañón. Y Ónega, que tiene ya unos años, con algunas peripecias de salud que ha salvado con éxito pero le ha dado sustos, ha pensado que hay que apurar la vida de otra manera porque él, como cantaba su gran amigo y compadre Julio Iglesias, se olvidó de vivir.
Lo va a hacer a tope, volcado en su familia, que ha comprendido siempre las ausencias y las urgencias del periodismo, y volcado en lo que ha elegido para este nueva etapa: dedicarse a los mayores, ese sector tan olvidado de los que mandan, excepto en tiempos electorales.
Fernando pertenece al grupo de grandes cronistas españoles que vivieron los últimos coletazos del franquismo y pudieron valorar por tanto el milagro de la Transición, que contemplaron no desde la barrera, sino desde el propio ruedo. Ónega incluso formó parte del equipo de Adolfo Suárez, suyo fue aquello de "puedo prometer y prometo" que con tanto éxito pronunció el ex presidente.
Ha trabajado en los más importantes periódicos y las más importantes cadenas de radio y de televisión, ha dirigido y ha sido dirigido por otros. Jefe con criterio que sabía crear equipos, compañero en las duras y en las maduras, ha dado la cara por sus subordinados en momentos muy difíciles. Maestro de periodistas de verdad, porque él mismo ejercía como profesional de a pie cuando tocaba serlo y por tanto conocía muy bien qué se esperaba de un buen director cuando le tocó serlo.
Es también un hombre de los que ya se ven pocos. Que se desenvuelve bien en la ironía y la sorna, con la bonhomía de los que forman parte del "plan antiguo" y defienden modos, educación y cultura que algunos jóvenes mal asesorados consideran desfasados
Es Ónega un pozo de sabiduría, adquirida en las vivencias de su aldea de Lugo, en los centros de poder, y en textos indispensables para conocer nuestra historia, nuestros personajes, nuestra lengua y nuestra cultura.
Periodista irrepetible, ha decidido dar un paso al lado para vivir la vida de otra manera. Con los suyos y con más tiempo para disfrutar de las pequeñas cosas. Que son las que de verdad importan.
También te puede interesar
La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
´¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Envío
Rafael Sánchez Saus
Luz sobre la pandemia
Crónicas levantiscas
Juan M. Marqués Perales
Los que manejan el mundo