El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
D ICHO y hecho. Anunció Juanma Moreno que su modelo político era el del alcalde de Málaga: desideologizado, con compromiso social y alejado por su propia trayectoria en democracia del ala conservadora del PP. Cuando la oposición quiere criticar a Francisco de la Torre le recuerda su pasado franquista, era presidente de Diputación en 1975. Pero no cuaja que lo descalifiquen por derechista. Aunque tras defender que un rascacielos puede ser más sostenible que un parque tampoco recibirá ningún premio por su neoecologismo del ladrillo. En Málaga, desde hace un par de mandatos se "vota Paco" . Y en Andalucía, su pupilo acaba de arrasar como Juanma.
Un drama para Juan Espadas. En el comité electoral de julio, el dirigente socialista andaluz esbozó ante su parroquia un avance de su ideario. A falta de los datos para explicar el desastre en las urnas de su partido y su candidatura, que analizará en septiembre, había llegado a la conclusión de que buena parte del electorado andaluz no se consideraba ni de derecha ni de izquierda. Y el PSOE debía ajustar su modelo de partido para captarlo. Más tarde insistió en la tesis en una entrevista en la agencia Europa Press y, lógicamente, se publicaron algunos titulares que enfatizaban que el futuro de los socialistas en Andalucía pasaba por un proyecto "ni de derechas ni de izquierdas".
Espadas acaba de inventar el socialismo neutro para regocijo de los rescoldos del susanismo, dispuestos a recordar en cada reunión las alforjas y el resultado del viaje en las pasadas elecciones de junio. Y no parece que sus primeras decisiones ayuden a la causa. Un hombre un cargo público, dicen los puristas del reparto de responsabilidades. Pero el secretario general del PSOE andaluz ha decidido compatibilizar su escaño de diputado con el de senador, con un sueldo sensiblemente superior si opta por el segundo, como es habitual. La razón oficial, que podrá ejercer de portavoz de su partido en la comisión de financiación autonómica que se debate en la Cámara Alta. Un argumento un tanto forzado para defender que hay que tener un pie en Sevilla y otro en Madrid.
No lo tiene fácil Espadas en Andalucía. En el discurso de investidura sólo mantenía diferencias con Juanma Moreno en la parte impositiva. Así que toca esperar por si se rompe el hechizo con el votante. Igual se cansa de consumir tanto azúcar. Con esa imagen que proyecta San Telmo de política almibarada tan parecida a una película de Disney. Con la princesa descendiendo por las escaleras de palacio y la familia, feliz, reunida ante un pequeño perro ciego y amoroso.
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