La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
Punto de vista
Cuando usted lea este artículo no faltará ni un mes para la celebración de la Navidad y después de los sinsabores (y desgracias, en algunos casos) que nos ha traído el Covid-19, nos preparamos para celebrar unas fiestas que, como las de Navidad, Año Nuevo y Reyes, por su duración y por lo que conmemoran, tienen una dimensión festiva y familiar más acusada que otras. Pero ya empezamos a conocer con qué limitaciones las disfrutaremos, que no son pocas y además confusas, porque el Gobierno pretende que a las cenas de Nochebuena y despedida del año, sólo asistan como máximo 6 personas y que se den por finalizadas, como más tarde, a la 01:00 am, hora en la que se producirá el toque de queda. No queda claro si esos seis comensales deben formar parte de la "unidad domestica", aunque algún comentarista lo interpreta que la limitación de las 6 personas sólo es para el caso en que participe en el ágape algún miembro externo, no conviviente habitual. Porque no se aclara si el criterio es el de "grupo de convivencia" o la consanguineidad. Los que nos gobiernan han previsto que esas celebraciones, tan extendidas en España entre amigos y compañeros de trabajo, se celebren "en el exterior", con lo que el organizador tendrá que consultar "el calendario zaragozano" para elegir el día en que el pronóstico diga que no lloverá ni hará excesivo frio. También se prohíbe el picoteo y, respecto a las salidas nocturnas, si bien se mantiene el toque de queda, se deja la cuestión a la decisión de la respectiva CCAA y se recuerda que el consumo de alcohol no está autorizado en la vía pública. Tampoco el tabaco si no es guardando una distancia. Para los que viven en el extranjero se les exigirá una prueba diagnóstica negativa realizada en las 72 horas anteriores al vuelo o tendrán que someterse a ella en el mismo aeropuerto.
En Madrid, la presidenta de la CCAA, que está demostrando que no tiene un pelo de tonta, y con objeto de suavizar las restricciones en su Comunidad, ha dispuesto el cierre perimetral de Madrid durante 10 días para disminuir los casos, hasta conseguir que haya menos de 200 por 100.000 habitantes y facilitar así las celebraciones navideñas. Además, tiene en estudio aumentar el número de personas que se pueden reunir, de 6 a 10. El gobierno de Pedro Sanchez, en venganza y a instancias de Rufián, amenaza a Madrid (al que ambos consideran un paraíso fiscal, que se ha montado la derecha) con un fuerte incremento de la imposición.
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