¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
¿Dónde está la ultraderecha?
La esquina
Detalle cómico de una tragedia política: el líder que toma la decisión de que Podemos rompa con Sumar es quien, como empresario audiovisual, presentador y predicador jefe (Canal Red) anuncia al universo la ruptura de lo que él mismo había creado. No resiste Pablo Iglesias la tentación de su vanidad ni el embrujo de su megalomanía. El niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro.
Nunca mejor dicho lo del entierro. Más que encaminarse, vuela Podemos hacia su extinción. En menos de diez años ha pasado de superar los cinco millones de votos y los setenta diputados y acercarse a un sorpasso al PSOE como partido hegemónico de la izquierda a mendigar que le dejen conservar un ministerio y le dejen hablar en el Congreso. Inútilmente, porque los que tenían en sus manos satisfacer ambas demandas (Pedro Sánchez y Yolanda Díaz) son precisamente quienes se han conjurado para apartarlos.
Su marginación ha sido, en efecto, deliberada, planificada y ejecutada al compás del debilitamiento progresivo de un partido que venía a asaltar los cielos, acabar con la casta y cambiar la forma de hacer política y no cumplió ninguna de estas promesas. Ahora es extraparlamentario en siete comunidades autónomas, insignificante en los ayuntamientos más destacados, tiene comisiones gestoras en cinco organizaciones regionales. Su coordinador más votado (Madrid) y la presidenta de su grupo parlamentario más influyente (Cataluña) se acaban de dar de baja. Esta sangría amenaza con ser irreversible. Las elecciones vascas, catalanas y europeas del año que llega expedirán el certificado correspondiente.
Agonizante desde el punto de vista electoral, ayuno de implantación social y territorial, en fuga por goteo sus mejores cabezas y sin proyecto político sustancialmente distinto al de su expropiadora Yolanda, a Podemos le quedan sus cinco diputados en el flamante Grupo Mixto con una capacidad para visibilizarse perfectamente escuálida: como también lo forman diputados de BNG, UP Navarro y Coalición Canaria, Belarra podrá formular una pregunta de control al Gobierno... cada dos meses. Podemos tiene razón: Yolanda Díaz los ha traicionado. La pusieron ahí para reflotar la nave al servicio de quien la puso, que estaba más quemado que la pipa de un indio, y salió respondona. Se quedó con el barco.
¿Son tránsfugas o no? Bizantinismo puro. Qué más da. Lo que importa es si perjudican al Gobierno. Lo hablaremos mañana.
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