Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Los grandes estrategas
Esto iba de la despedida de las bermudas y el polo, el uniforme del teletrabajador chancletero de Cenacheriland. De repente se alborota el gallinero tuitero con lo del reparto de "ropa vieja". Chaparrón para el chef asturianon conocido por José Andrés. El gatillo impulsivo ha dado en el blanco del humor chamuscando a las víctimas no del Cumbre Vieja, sino los incautos que sobrevolaron un titular. Se lio la polvareda por el enunciado de un reportaje publicado en El Mundo: "Un día con José Andrés repartiendo ropa vieja a las víctimas del volcán de La Palma". Saltó al quite una cuadrilla de monosabios para protestar con comentarios del tipo "Lo que tiene que hacer es dejar de repartir trozos de tela viejos, y dar dinero, que además le sobra" Un puñado de desinformadas contestaciones en ese plan abrió de par en par las puertas del salón de té radiofuturil conocido por su mala leche. El desparpajo del clásico Desatranques Jaén remató el asunto.
La noticia iba de los menús que preparaba el cocinero con un toque local. José Andrés está enganchado a su ONG World Central Kitchen y se presenta allá donde se desastra la cosa. Su labor durante la plaga del coronabicho ha sido loable. Como empresario a través de sus locales ha popularizado la gastronomía española. Su restaurante Jaleo si no pionero fue el más efectivo en dar a conocer el concepto de tapas y todos los productos ibéricos en Estados Unidos. José Andrés lleva años de ventaja en la divulgación de la gastronomía patria en programas de televisión y es uno de los embajadores más cualificados y valorados de la cocina española desde Manhattan al Capitolio donde ha sido invitado y recibido por varios presidentes de los Estados Unidos. También se mostró crítico con algunos descerebres del expresidente Donald Trump y sus trinidos tronados. Da la sensación de que este José Andrés se alimenta de espíritu solidario. Ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz y es uno de los 100 personajes más influyentes en el mundo según la revista Time. Hoja de méritos que sirve de poco por el hecho de ser millonario por lo menos en amigos. Y mire que lo de la ropa usada también. Nada más fashionista y esnob que andar por ahí los vaqueros andrajosos y los cuellos de las camisas raídos. Apretao con un par de tallas menos a lo neotieso.
También te puede interesar
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Los grandes estrategas
Cambio de sentido
Carmen Camacho
La ley del deseo
Gafas de cerca
Tacho Rufino
El tradicional Halloween
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Blandiana
Lo último
CONTENIDO OFRECIDO POR CAJA RURAL GRANADA
Un recorrido por las mejores imágenes del Concurso de Fotografía Fundación Caja Rural Granada