¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
¿Dónde está la ultraderecha?
Crónica personal
No ha tenido suerte con la lotería, no ha pillado ni la pedrea. Horas ante de que se abrieran las puertas del Real, donde se celebraba el sorteo, Pedro Sánchez recibió la noticia, mala para él, de que el Tribunal Constitucional se reafirmaba en la postura.
A pesar de lo que diga Bolaños, excesivamente servil a su amo, la Comisión Europea sí se ha pronunciado en el mismo sentido que el TC: hay que seguir los procedimientos al pie de la letra y el Gobierno español intentaba saltárselos, lo que no se podía consentir. Pero llega el día de la lotería, que coincidía con nuevo pleno del Senado para aprobar la desaparición del delito de sedición y la rebaja del delito de malversación, siguiendo ya los cauces reglamentarios, y nuevo varapalo para Sánchez y para el bloque de apoyo al Gobierno: el Tribunal de Justicia Europeo rechazaba el recurso presentado por Oriol Junqueras contra la pérdida del acta de eurodiputado del que había sido despojado al ser condenado por el Supremo.
Hay días en que uno no está para nada, y para Sánchez este jueves, vísperas de Navidad, ha sido una de esas fechas aciagas. Aunque Sánchez, incapaz de asumir no ya una derrota, sino una contrariedad, sigue empecinado en no reconocer que la guerra entre instituciones que ha provocado, no le lleva a ninguna parte. Es más, desde fuera de las fronteras la deben seguir con perplejidad, porque quienes se han pronunciado sobre las peripecias políticas españolas lo han hecho manifestando su rechazo a las iniciativas que Sánchez pretendía imponer a través de caminos que han considerado inaceptables.
El presidente y sus socios no han tenido más remedio que asumir las condiciones de la legalidad para aprobar sus propuestas sobre la sedición y la malversación. Lo conseguirán en enero o febrero. Moncloa pretende que enero, cuanto antes, pero es mes inhábil, aunque Meritxell Batet podría dar luz verde para la tramitación urgente de la proposición de ley sobre la reforma del Código Penal.
Se entraría entonces en un nuevo capítulo, que no va a ser muy satisfactorio para el presidente de Gobierno: contará con los apoyos necesarios para aprobar lo que se le ocurra, ya que ha sido políticamente muy dadivoso con sus socios… pero llegará el momento amargo en el que la rebaja del delito de malversación permitirá salir a la calle a algunas de las figuras más emblemáticas del vergonzoso mundo de la corrupción, protagonistas de casos que todo el mundo conoce.
Lo peor que le puede pasar a un partido de gobierno en plena campaña electoral.
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