Político en cien días
Antonio Vargas Yáñez
Y si hubiera sido un mango
La colmena
Que detrás de buena parte de las universidades privadas haya fondos de inversión no es ninguna casualidad. La enseñanza superior es rentable. En términos económicos (si se quiere hacer negocio), pero también políticos y de influencia. Todos ellos confluyen en el proyecto que acaba de aprobar la Junta de Andalucía vinculada al consejero Imbroda (Cs). Lo promueve una empresa con medio año de trayectoria, con algo de experiencia en la FP pero ajena a las exigencias de excelencia en investigación, innovación y docencia que se presupone a una universidad. El Consejo de Gobierno (PP-Cs) le ha dado el visto bueno con tres informes desfavorables: del Ministerio, de los técnicos de la DEVA y del Consejo Andaluz de Universidades. No son vinculantes pero sí relevantes; todos los que debían informar lo han hecho… de forma negativa.
Pero no erremos el debate. No estamos en la superada batalla entre lo público y lo privado. Si fuera Harvard quien tuviera planes para desembarcar en Andalucía, como lo están haciendo las grandes pinacotecas enfrentando a nuestros alcaldes por conseguir una sede, yo misma estaría presentando mi curriculum. El problema es la debilidad del proyecto, sus conexiones político-mediáticas y el oportunismo, rapidez y trasfondo electoral con que nace. Solo un dato, Eade lleva treinta años en la enseñanza superior y su Universidad de la Costa del Sol sigue esperando en algún cajón de San Telmo.
La Universidad Tecnológica Atlántico-Mediterráneo (Utamed), la que ha promovido Medac, la exempresa del consejero de Educación, ha tenido mucha más suerte. Luz verde con todo en contra. Directivos del Grupo Vocento, accionistas de la nueva universidad, hace meses que desfilan por los despachos de los rectores andaluces vendiendo sus bondades. ¡Más intangilbes! Desde la izquierda hablan de un "negocio redondo", de una "puerta giratoria con retroactividad", y desde Vox advierten que estarán "vigilantes", para que no haya "trato de favor ni desvío de dinero público". Así lo ven: Imbroda crea primero la empresa, luego la engorda "favoreciendo la FP privada frente a la pública", después la vende a un fondo de inversión por 200 millones y ahora le abre la puerta como universidad privada. Cierro yo el relato. Viendo el batacazo de Cs en Castilla y León, previendo el que se darán en Andalucía, se van a necesitar muchas puertas giratorias. Y, efectivamente, la universidad pública nunca ha estado y nunca estará para eso.
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